Si Bildu ha obtenido 319.000 votos, por los que les corresponden 1.138 concejales, es un asunto de los vascos y navarros que les han votado, en una democracia legal y lógica. ¿O acaso usted desearía para España una democracia menor?
Una democracia menor no tiene medida, como no se puede estar un poquito embarazada o un poquito pobre de solemnidad. Las democracias lo son o no lo son y punto. Si ponemos límites ya no es democracia.
Hoy no dejamos entrar a Bildu, mañana al Partido Comunista y pasado mañana a los nacionalistas de vete a saber tú qué color. El límite lo marca la ley.
Y que yo sepa, implicados en asuntos legales, de jueces y juzgados, los hay en el PP y en el PSOE, pero no en Bildu, que han sido mirados con lupa.
Quien comete un delito, al juzgado. Quien se salte la ley, que reciba un castigo. Pero mientras no sea así, es un ciudadano libre para elegir y ser elegido. No sirve de nada que se les presuponga una ideas —faltaría más—, unas ganas en hacer cambios o reformas, de proponer o de apoyar. Si son ciudadanos libres, lo son con todas las consecuencias, como muy bien han decidido los vascos y navarros dándoles su apoyo. Entender esto es intentar entender el problemas del País Vasco, en donde muchos miles de ciudadanos quieren tener una democracia y poder elegir a quien ellos quieran. La LEY democrática marca los límites. Incluso los cambios de las leyes.
Y si, el drama del País Vasco es muy doloroso, y es entendible las manifestaciones de rabia. Pero los que legislan deben estar por encima de los dramas, de las rupturas a jirones de vidas. Por duro que sea entenderlo.