Hoy viernes se nos termina la Campaña Electoral 2011 de las municipales en España, hacia unas elecciones que no van a representar el cambio que se espera, que se necesita, que se pide ya en la calle. A partir de esta campaña, podría suceder que ya nunca más fueran a ser iguales las campañas electorales grandes, pues debemos asumir todos que es un despilfarro sobre todo de energía, para nada.
Ha sido una campaña electoral pobre en ideas, sosa, más llena de temores a no equivocarse que a debatir propuestas para los próximos cuatro años. No es pues extraña la situación en la calle pidiendo más política aunque sin política. Mejores políticos pero sobre todo, diferentes políticos.
Se han evitado debates por miedo y estrategia, no se desea dar a conocer la verdadera cara de los candidatos, su incapacidad para desarrollar ideas ante los grandes problemas. ¿Para qué sirve pues una campaña electoral cara y larga? Con una semana de campaña electoral hubiera bastado.
Los actuales gestores políticos, la clase política como nombre social que les debería producir urticaria a los implicados, no ha estado a la altura de lo que se necesita. Ellos mismos se consideran “clase” en su primer error de táctica social.
Ningún político ha estado a la altura necesaria.
La izquierda está acomplejada por no saber ni por donde acudir a tantos problemas sin soluciones propias; y la derecha muy temerosa de que al final no logren ganar por goleada, sabedores de que sus líderes son flojos de sujetar en el cartel. Es el gran problema, la incapacidad de los actuales gestores públicos.
No hay líderes políticos de calidad, no hay personas con ideas nuevas, con ganas o rasmia para liderar a esta sociedad hastiada y cansada en una España que empieza a estar ajada.
Necesitaríamos más debate serio, menos fiesta privada sea cara o barata que me da igual por el gran despilfarro en energía que suponen, más trabajo del que da resultado y no del que sirve para salir en la foto, menos mirar para otro lado pensando que el tiempo todo lo resolverá.
Este domingo unos pocos iremos a votar y nos tragaremos unos resultados que serán más de lo mismo o de lo parecido, sin que nada haya cambiado en esta España herida.
Tras el domingo, tendrán pues que seguir las presiones, las malas babas, las ganas de recambiar el sistema, pues lo que hay en estos momentos, está demostrando que ya no nos sirve para resolver nuestros problemas. Gestionar y dirigir cuando todo va bien, lo saben hacer hasta los aprendices. A los líderes del futuro se les exige limpieza y capacidad. Nada más.