Según se ha conocido hoy, publicado en unos informes secretos de los servicios policiales de Siria que han hecho públicos algunos militares hartos de tanta sangre y violencia, las órdenes que se dan a la policía es de que hay que matar a manifestantes para ahuyentas ideas de libertad, pero nunca en un número mayor a 20 en cada día y entre semana asesinar a algunos militares propios de los que no tengan muy claro que hay que apoyar a Bashar Asad por encima de todo, para crear más confusión y lograr que se dude sobre quien está realmente detrás de todas estas manifestaciones populares.
Todo menos hacer como en Túnez o Egipto, dimitir y dejar que el pueblo recobre la libertad y el cambio democrático, que luego te llevan a los tribunales y es cansado y doloroso que te juzguen y condenen.
Los servicios secretos de Siria lo tienen todo muy estudiado, posiblemente más que los jóvenes de Twitter que no se han parado a pensar cuantos tweets hay que escribir al día para que te hagan caso y te tomen en serio. Es lo que tienen haber estudiado para espía, que al final saben de matar casi tanto como los que salen por las películas disfrazados de malos. Y luego se quejarán cuando se les detenga y se les juzgue.
Este fin de semana se han pasado en Siria matando a más de 100 ciudadanos manifestantes a voleo y me tengo que imaginar al jefe de los espías sirios lanzando unas broncas de órdago, pues han matado a más de los 20 al día estipulados como óptimos y eso está mal. Tan en serio se lo han tomado los policías sirios que desde ayer ya están otra vez en la cifra lógica y aprobada por los libros de texto de “Como ser espía y no morir en el intento”. Nunca más de 20 al día.
Vamos camino de convertir Siria en otra Libia, pero no veo músculo en Occidente para soportar tantos casos parecidos y con tan mala solución en el corto plazo. Nos hemos vuelto de lo más comodones. No admitimos que nos vengan a molestar en casa, y menos en la semana de tantos partidos de fútbol, mecachis.