Con un PSOE en horas bajas y una redefinición ideológico de la izquierda en toda Europa, cabe preguntarse qué vamos a poder hacer los españoles para no quedarnos cojos de ideología. Aunque la respuesta sin duda tiene una vertiente europea o incluso americana que no podemos obviar.
Algunas voces hablan de una vuelta del comunismo como nueva forma teórica de organización social. No sería un comunismo como el de hace unas décadas en Europa, pero sería un socialismo más contundente, con más Estado. Es una alternativa de mirar atrás para dar saltos hacia delante.
Pero debe haber nuevas posibilidades, y para ello deben surgir nuevas visiones, nuevas vías —ahora que está de moda llamar a las nuevas formas, vías— nuevas formas de entender el futuro. Uniendo como siempre la economía con la sociedad para formar una nueva organización social.
Tenemos ahora un elemento de crisis que resultará concluyente. La juventud actual en Europa es distinta y en España obligada a serlo en pocos años al tener que soportar el desempleo brutal que les deja sin futuro. Es decir, con las herramientas sociales actuales, la juventud no tiene futuro; luego tendremos, tendrán, que buscar nuevas formas, nuevos modos que sean capaces de encontrar las soluciones, pues no podemos sobrevivir sin esta juventud actual.
El ecologismo no es una forma completa, pero puede ser una buena cimentación. El comunismo tienen que cambiar de nombre (de entrada) y luego refundarse. El socialismo mundial tiene que encontrar nuevas maneras de creerse ellos mismos que son capaces, y perder los miedos. El humanismo cristiano de izquierdas está falto de la picardía para saberse defender.
Nos faltaría un sistema totalmente nuevo, pero con sinceridad lo veo complicado, pues los asentamientos son lentos y no se ven luces en el horizonte. Antes de ver organizaciones se deberían atisbar líderes con ideas y no se leen, no se escuchan. O al menos, no las veo, no las escucho. Estamos escribiendo el futuro y ahora nos toca empujar para que sea posible.