Las imágenes de un Japón roto y destrozado por la naturaleza nos enseña lo poca cosa que somos ante los desastres naturales y lo mal que nos podemos defender cuando las situaciones graves nos azotan sin piedad. Es un gran país con un sistema de defensa contra los terremotos muy grande, pero aun así los sufrimientos serán grandes y las necesidades de ayuda en la reconstrucción importantes, más para un país que todavía no había logrado salir de su propia crisis económica que les dura décadas.
Japón sufrirá en sus gentes el dolor de la muerte y los heridos, pero entre todos debemos estar atentos para ver si nos necesitan de alguna manera, pues siempre hay que ayudar cuando las necesidades lo indican. Por encima de todos los problemas, siempre serán las personas las más necesitadas de ayuda de todo tipo, que no siempre es en dinero.