En Aragón hemos superado por primera vez los 100.000 parados en un momento en el que encima de la mesa se nos ponen las reformas de las pensiones para el medio plazo. ¿Es el mejor momento de plantear estas reformas con la tranquilidad del que sabe que estamos hablando del futuro?
Que la crisis no ha tocado fondo es un temor que estremece pues nadie se atreve
a fijar un suelo a la actual situación financiera. Que no hay ideas nuevas y que los que deben modificar las situaciones de caos no quieren es una realidad que vemos cada día. Son los mismos que son sus desmanes han hecho posible que todo se tambalee. Ahora esperar de ellos soluciones es de ilusos, pues siguen defendiendo sus beneficios personales exclusivamente. Las tesis de la derecha social y económica son también asumidas ya como propias e inevitables por los partidos que se dicen llamar socialistas, en una modificación de ideas que resulta peligrosa por la desafección tremenda que producen en la sociedad que observa y acata.Deben cambiar las normas financieras, debe imperar la ley contra los desmanes y los experimentos financieros, debe primarse a las personas sobre los grandes números macroeconómicos, pero sobre todo hay que resolver el problema del desempleo por encima de todos los problemas pues lastran la economía en España hasta límites insospechados. Es una barbaridad insostenible tener a más de cinco millones de personas desempleadas, pero sobre todo tener a una generación de jóvenes esperando su futuro sin poder entrar en el mercado de trabajo. Hay que resolver el problema de los jóvenes en desempleo, de una España con baja productividad, de un mercado laboral obsoleto en muchos aspectos de organización, de regulación o incluso de legalidad nacida en el siglo XIX. Estamos en el siglo XXI y las formas deben ser otras, pues las realidades son otras.