Ya tengo un licenciado en la familia, una meta alcanzada por un hijo (casi) a la primera en todo y que su padre no logró por motivos económicos. En todo proceso de vida el esfuerzo es necesario para saber valorar las cosas. Aquello que resulta fácil, sencillo, sin precio mental, sin dolor y esfuerzo no es retenido con fuerzas, no es defendido
con el poder del que sabe lo que cuesta conseguir las metas que se propone. Por eso hay que empezar a trabajar en la sociedad estos valores de trabajo, esfuerzo, lucha, energía, carácter personal contra las dificultades, personalidad propia que se va construyendo sobre los edificios que cada uno de nosotros vamos cimentando con nuestra vida.Las personas tenemos “cosas” pero no tanto valores, pues se están pasando de moda. Tristemente hemos dejado de valorar lo importante por que cuesta energía y ahora está de moda lo más sencillo, lo fácil, lo que no cuesta nada, el todo gratis. No es moralina sencilla, no serviría de nada, se trata de intentar restituir los valores que han servido durante decenas de siglos para ser mejores. Nunca se han conseguido acciones interesantes en la historia de la humanidad, desde las clases medias, si antes no han mediado grandes esfuerzos. Los ricos de nacimientos pueden elegir como construir su vida. Los pobre no pueden elegir de ninguna manera. Sólo las clases medias del mundo occidental pueden elegir si optan por esfuerzo y trabajo o si optan por la vaciedad y la pereza. Como padre estoy hoy muy orgulloso de mis hijos. Cada uno en su medida y lugar, en su posición de vida.