Insiste un Zapatero muy raro, en que la jubilación en España se debe poner a los 67 años . Y lo dice en Bruselas en esa mezcla de enfermedad y síndrome que embarga a todos los Presidentes a partir de los 6 años de trabajo, cuando se empeñan ya de forma imparable, a hablarnos a los españoles desde foros extranjeros en vez de hacerlo desde España, en teoría SU España todavía.
Insiste un Zapatero muy diferente en que hay que trabajar hasta más viejos, sin valorar qué hacemos con los jóvenes que todavía no han encontrado un trabajo
estable o incluso un primer trabajo. Que la sociedad occidental en Europa está cambiando no hace fata que nos lo juren. Lo vemos, sobre todo por la incapacidad de una generación de políticos que empezaron haciéndonos votar para no sé bien qué cosa de Europa y han terminado convenciéndonos que Europa en vez de ser “la solución” es “el problema”.
Ya todos hemos aceptado que lo vamos a pasar mal, que se acabaron las fiestas a las que nos llevaron los tontos de baba que se creyeron que todo el monte era de orégano. Pero lo que todavía no hemos aceptado es que lo vamos a pasar PEOR. Tal vez antes de aceptar eso, sucedan cosas no agradables, que nadie se atreve a nombrar, porque la bicha produce miedo.
Mientras tanto ya sabemos que Zapatero, si es que habla, lo hará fuera de España. Así que muy atentos a sus viajes, al pudrimiento de su política independiente, a los olores que van a ir despidiendo todas las ideas sociales del PSOE, lideradas por un grupo de gentes incluso buenas pero que están noqueadas y a punto del derrumbe.
