11.12.10

La música, ese don divino para dioses que escuchan

La música es un don divino, no de dioses sino para dioses. Una vez que te envuelve es complicado poder continuar sin ella. Te transforma, cambia tu ánimo, la forma de encarar cada situación en la que la música está presente o no. No se contempla igual una estampa de vida si es con música o sin ella, pues enmarca deliciosamente la circunstancia,
Conozco escritores que tienen diferentes tipos de música según vayan a escribir escenas de amor o violentas, de acción o de diálogos. Y no es fácil adivinar qué tipo
de música enmarca cada escena comentada, pues cada autor requiere las suyas propias para motivarse, y las elije según ya sabe cómo le van a remover las tripas. A veces quiere una escena de perdedor, otras de padre violento, algunas de amante cariñoso; y para todas ellas tiene ya preparada la música que envuelve su espíritu y así salir airoso de la página en blanco.
Me gusta Dvorak pero también Sabina o Al Son del Sur. Me acompaña Joaquín cuando quiero recuperar fuerzas o Dvorak cuando deseo comportarme y darme energía tranquila a costa de la Novena que es potente y muy animadora. Recibo toda la violencia de la Novena Sinfonía del Nuevo Mundo y con ella me vasto para estar tranquilo; curiosidades de la música. A veces escucho pop para tranquilizar ánimos de juventud y recordar sensaciones perdidas o jazz para dejar volar mi imaginación hacia mundos desconocidos. Cada uno empleamos la música a nuestro gusto, y casi siempre funciona bien.