Hay días que vienen tan completos que resulta imposible centrase en algo sencillo. Entre las elecciones catalanas y el palo sufrido por el tripartito (de momento sólo dispongo de encuestas a pie de urna) y las revelaciones de Wikileaks que publican varios periódicos mundiales de reconocido prestigio, uno ya no sabe si podrá soportar las dudas y los temores.
De ser ciertos los titulares que se publicitan sobre las revelaciones que contienen esos 251.287 documentos que salen a la luz, saltándose todo sistema de control político pero también lógico, en un mundo ya de por si jodido, estamos asistiendo a la mayor de las películas posibles del mejor director inimaginable, con un final incierto y peligroso.
La verdad siempre es mejor que la mentira. Aunque la existencia de la estupidez humana es la mayor verdad posible de que en realidad somos animales todavía. Que estos documentos salgan a la luz demuestra que Internet es mucho más potente que cualquier sistema de control político, y que los espías son mucho más tontos que los que dominan la herramienta de la red.
Que hayan creado una red similar a Internet para hablar entre ellos, para intercambiarse documentos, y que pensaran que seguiría siendo tan secreta como lo eran los papeles de James Bond en sus películas, es de bobos de novelita mala.
Habrá que estar muy atentos, pues además de interesantes, los papeles de Wikileaks pueden ser muy peligrosos en el medio plazo.