24.11.10

¿Para qué sirve quejarse, si no sirve para nada?

Hoy he visto a las grullas en Gallocanta. Es increíble pero viene bandadas de miles de aves a un lugar perdido en medio de Aragón. Es una parada entre la Europa fría y el África del invierno cálido o al revés. Saben llegar y saben volver.
Es muy normal verlas por los campos en grupos de tres o cuatro. Vuelan en grupos muy numerosos donde siempre hay un ave que dirige pero que se va turnando en el rumbo, en ser cabeza del grupo. No se equivocan del lugar a donde tienen…
que volver año tras año, un pequeño punto entre un inmenso recorrido.
Los humanaos no somos tan organizados, aunque parezca lo contrario. Pensamos y eso nos impide ser una manada o una bandada. Pero a cambio nos dejamos engañar por quien hace de guía, no somos capaces de tomar el relevo con facilidad, no admitimos que alguien desconocido se ponga delante de todos a cortar el viento y a seguir un camino ficticio hasta que se llega a la meta. No es fácil vernos trabajar en equipos, aunque siempre digamos que así lo hacemos. Lo parece pero pocas veces lo hacemos con efectividad.
Estamos en crisis de muchas cosas, la económica es la de menos. Si estamos en crisis es porque hemos provocado la crisis. O al menos por que no hemos sido capaces de preverla y de formar defensas. Estábamos mirando al cielo o descansábamos de un duro trabajo. Pero no estábamos atentos de lo importante. Preveer el futuro real. Soñamos con el futuro ficticio, pero no somos capaces de esforzarnos por él. Queremos que venga bonito, que nos toque alguien con la varita mágica, pero no hacemos nada por estar los primeros de la fila. Y seguimos quejándonos.
Mañana hará mucho frío en Gallocanta. Las grullas ya lo sabrán pues son muy listas. No se quejarán por ello, no sirve para nada, pero en cambio buscarán refugio en las zonas que miren al sur, que no tengan aire de frente, que no estén muy húmedas por si hiela, que estén resguardadas. Y si dura más de un par de días, adelantarán su viaje hacia África para escapar de los malos tiempos. Pero no se quejarán, pues saben que no sirve para el frío.