Hoy es imposible encontrar líderes sindicales de su talla, de su humanismo, de su lucha por la igualdad por encima de todo, de su férrea lucha por la libertad y la democracia.
Fue el que organizó la primera huelga general en España contra Felipe González y sentó las bases del sindicalismo español que poco a poco se ha ido desvirtuando hasta la situación actual, bastante distante de la que Marcelino Camacho soñó e intentó crear en nuestro país.
Fue el que organizó la primera huelga general en España contra Felipe González y sentó las bases del sindicalismo español que poco a poco se ha ido desvirtuando hasta la situación actual, bastante distante de la que Marcelino Camacho soñó e intentó crear en nuestro país.
De su espíritu deberían beber muchos políticos que aspiran a representar a los trabajadores, hoy tan olvidados por los dirigentes que gobiernan y por los que desde la oposición dicen ahora que los defienden. Descanse en paz, que se lo merece.