Díaz Ferrán, todavía Presidente de la CEOE, es uno de esos problemas que tiene los países y que no pueden controlar. Es importante tener sindicatos serios, responsables y esto es válido para los de clase y para los empresariales.
De tener razón Díaz Ferrán habría que saberlo con calma pero con contundencia. Si la única manera de salir de la crisis actual es convertir nuestro mercado laboral en una comparación al pakistaní, al chino o al de Uganda, debemos saberlo todos y tomar las medidas —violentas todas, por supuesto— que consideremos oportunas.
No se anda con chiquitas y avisa que además de tener que trabajar muchas más horas —hay que entender que si la solución son unos ajustes pequeños, hay otro tipo de medidas— deberemos además cobrar mucho menos. No dice si los empresarios también trabajarán más (no si estarían más, que eso es otra cosa); si no sería mucho mejor que fueran los empresarios españoles más profesionales; si estarían dispuestos a pagar más impuestos por sus beneficios si no se reinvierten en beneficio de SU empresa; y si también lo estarían a que se cambiaran las leyes que contemplan las trampas, los desfases contables, las asesorías fraudulentas o la economía sumergida.
Que no se nos olvide a nadie que las empresas crean riqueza, que necesitamos empresarios válidos; pero que algunas de las empresas son también las que manejan las dobles contabilidades, que son las que se asesoran muy bien para cada paso que dan con la única intención de tener siempre que pagar lo menos posible, que son las que además de ganar más dinero —lógico en todo tipo de empresa— lo hacen no gestionando mejor sus activos de todo tipo, sino buscando el beneficio a cortísimo plazo. Mal les irá a las empresas españolas si convierten España en un erial de personas sin ingresos para consumir, en donde los mejores todavía se vayan más a trabajar a otros países.
Que no se olviden los empresarios españoles que efectivamente los trabajadores chinos cobran menos con menos derechos, pero también los empresarios chinos cobran menos con menos derechos. También las empresas chinas serán las competidoras de las empresas españolas no tanto por sus trabajadores como por sus formas de gestionar “el todo”. Mal lo tenéis, chatos. Nosotros también, pero más vosotros que tenéis más que perder. O al menos según vuestras teorías, vuestros hijos serán los que recojan los frutos de vuestras tonterías de especuladores.