Fuiste (eres y serás) un referente para la cultura, la sociedad, la política de tu país. Conocías como nadie la personalidad de los aragoneses, nuestra particular forma “de ser”, y a veces te dolía conocernos tan bien. No hemos sido contigo lo mismo que has sido tú con nosotros. Es nuestro asqueroso carácter. Sigue cantando, gritando contra las injusticias, defendiendo a los débiles, escribiendo bellezas, gritando cuando no te quieren escuchar la verdad. Un abrazo.