Cataluña camina hacia un cambio de gobierno pues los catalanes no han visto con buenos ojos el actual gobierno tripartito. Según el estudio electoral de Metroscopia para EL PAÍS, el 61% de los encuestados cree que Cataluña ha estado mal gobernada y el 85% piensa que hace falta un cambio en esta comunidad.
Pero Convergència i Unió no parece obtener la mayoría absoluta lo que complica en gran manera poder intuir qué gobierno saldrá de las elecciones del 28 de noviembre.
Según la encuesta de hoy y teniendo en cuenta que la mayoría absoluta está en los 68 diputados; Convergència i Unió sube hasta los 61, los socialistas retroceden hasta los 28, el Partido Popular vuelve a ser tercera fuerza con 17 diputados, Esquerra Republicana se hunde hasta los 12 diputados e Iniciativa-Esquerra Unida baja hasta 9. Ciutadans-Partido de la Ciudadanía sube de tres hasta los cuatro escaños y entran dos nuevas formaciones independentistas: Solidaritat catalana, liderada por el ex presidente del Barça Joan Laporta; y Reagrupament, la escisión de Esquerra Republicana con el ex consejero Joan Carretero al frente. Ambas formaciones entran con dos diputados.
Pero si nos fijamos en la fidelidad del voto, vemos que el 63% de los votantes de CiU en 2006 tiene decidido que repetirá su voto. Este porcentaje baja hasta el 35% en el caso del PSC, al 27% en el caso de Esquerra y al 42% en el entorno de Iniciativa.
No existe pues un trasvase claro e importante de voto hacia CIU sino una desafección de los votantes del tripartito que de momento prefieren quedarse en casa, pues la abstención subiría hasta el 50%. ¿Qué sucederá tras las campañas electorales?, un buen enigma y un excelente trabajo electoral por delante, que tendremos que ver con atención pues se presume importante.
Esquerra Republicana es la formación que más sufre en sus perspectivas, por su mala imagen en estos cuatro años, por un crecimiento prestado en las anteriores elecciones que ahora pasa factura y por el nacimientos de nuevas formaciones nacionalistas. Tendrán que analizar con trabajo esta pérdida pues tras la llegada de nuevos partidos al Parlament puede estancarse en la franja baja del electorado.