En política exterior o antiterrorista debemos tener mesura contra quien gobierne, aunque no siempre lo consigamos. Sin duda se toman decisiones que consideramos erróneas, pero el trabajo de los medios debe ser el del respeto y el de la inteligencia interna, para que los presuntos enemigos no vivan del caldo de cultivo que desde dentro se crea.
En esta semana hemos asistido a hechos duros, de distinto sentido pero complejos ambos, en donde el Gobierno por una parte ha tenido que tomar la decisión de pagar a unos terroristas y por otra ha tenido que salir a recibir los cadáveres de tres defensores de España, asesinados en Afganistán. En ambos casos se puede opinar, pero consideramos que es más importante callar y admitir que quien gobierna es quien debe decidir en asuntos tan serios e importantes. Para acertar o para equivocarse.