Se vuelve a comentar, a contemplar, la posible división del PSC desde el PSOE, por propia supervivencia incluso de la parte catalana del PSOE. Es una iniciativa lógica una vez que en Cataluña la tensión emocional sobre todo, esté muy crispada y a escasos meses de unas elecciones catalanas que van a marcar cambios importantes tanto en Cataluña como en la relación de esta con Madrid.
En la transición, el PSC estaba separado del resto del PSOE, como un partido distinto pero agrupado, lo que le permitía tener espacios propio en el Parlamento. Es decir, ventajas. Pero sobre todo podía plantear iniciativas propias, ideas y posiciones catalanas ante los problemas comunes. Desde este punto de vista todo parece positivo.
Pero hoy el PSOE catalán es más españolista que antes, pues los catalanes que sienten que Cataluña necesitan espacios políticos propios, que deben avanzar más en su camino del federalismo, ya se han separado del PSOE hacia ICV o hacia CIU, o incluso hacia ERC. Los que deseaban explorar la independencia integrada o desintegrada se pasaron hace ya unos años a ERC.
Al PSOE catalán le queda poco recorrido si se mantiene obediente ante Madrid. Puede tensar las relaciones y desde Madrid se lo permitirán pues todo es mejor para ellos que la división, pero la sociedad catalana no se deja engañar con apariencias por lo que sin duda reclamará contundencia o abandono. Montilla no lo tiene fácil pues debe sumar responsabilidad política y a la vez superviviencia.