Una novela o un relato puede tratar de un tema muy común, muy utilizado, pero en cambio podemos enfocarlo desde un punto de vista original que lo convierta en novedoso.
Imaginemos una novela sobre un atraco a un banco. Todos hemos leído decenas de novelas desde el punto de vista del atracador, del policía o del director del banco. Pero no es tan normal una novela de un atraco desde el punto de vista de un niño que asiste asustado.
Un libro sobre un campo de concentración desde el punto de vista de la mujer del director. Un relato de un hospital desde la óptica de un señor de la limpieza. Un divorcio desde la mirada de los abuelos.
Así que no sólo son los temas, también los puntos de vista, lo que nos pueden dar originalidad.
Se puede elegir un narrador en tercera persona, cercana o por encima de todos. Pero también desde un narrador en primera persona que es quien da su punto de vista, que no es el que lo sabe todo, pero si el que enfoca desde su particular mirada toda la trama.