Aun con cierta tardanza, la información económica que podemos obtener de los cuadros macroeconómicos sobre las cuentas nacionales nos dan una perspectiva general de cómo se encuentra el país, lo síntomas que sigue teniendo y el motor que puede impulsar el crecimiento y la recuperación.
No quiero ser muy exhaustivo, básicamente porque no conseguiría nada con ello, así que daré una óptica muy general de la evolución económica centrándome en este nuevo dato, que, como resumen general, podemos tildar de positivo pero tardío.
Primero: Un gráfico sobre la evolución del PIB, tal cual.
(Recordad que pinchando se ven mejor).

Podemos echar un vistazo al comportamiento desagregado entre el efecto interior (consumo, inversión y gasto público), y exterior (exportaciones e importaciones)

Lo primero que vemos es que sí, seguimos con tasas negativas. Si bien hemos comenzado crecer más que el trimestre anterior, aun no hemos conseguido hacerlo respecto al año anterior, si bien el ansiado dato positivo está a la vuelta de la esquina, y la senda creciente está bien definida.
Desglosando, vemos como la demanda nacional ha caído mucho más que el PIB, y que ha sido gracias a la demanda exterior el que no tomáramos cifras tan negativas. En particular, el bajón en el consumo nos hizo importar mucho menos lo cual nos ayudo a mejorar nuestro comportamiento frente al exterior, que ya está empezado a decaer. Una vez que comienza la recuperación en el consumo, volvemos a importar del exterior, y si bien gracias a un comportamiento europeo más rápido, hemos conseguido exportar un 8% más, el efecto creciente de nuestras necesidades de bienes exterior comienza a lastrar el efecto positivo.
Por otra parte, el consumo.

En cuanto a las administraciones públicas, podemos ver una gran participación del gasto público al comienzo de la crisis. El crecimiento por tanto se ha ido reduciendo, pero en base a una gran participación inicial. De hecho, el gran déficit acumulado es ahora el problema clave español, además de la tasa de paro, cifras que sobre todo nos arrastran en el corto plazo a tener que dar más intereses para recibir financiación exterior.
En cuanto a la inversión.

En cambio, es significativo el comportamiento de la inversión en construcción. Había caído mucho menos, lo cual nos podía hacer pensar que tendría un comportamiento más estable, sn embargo, el problema de la construcción es que su ajuste se está realizando de forma muy, muy lenta. Así, mientras las diferentes inversiones comienzan a recuperarse, la construcción sigue cayendo un 10%, y seguirá así, pues no hay tampoco indicios de una recuperación a corto plazo.
El apoyo por parte del gobierno quizás ha podido tener que ver, promoviendo la realización de nuevas infraestructuras que por una lado dieran empleo y por otro no hicieran caer tan de golpe al sector.
Cabe destacar la evolución por sectores.

Por otro lado el sector energético y la industria, puramente cíclicos son los que muestran más el comportamiento de la crisis. La energía ha conseguido repuntar crecimiento positivo, y la industria, junto al resto del comportamiento económico, retomará la senda del crecimiento en el siguiente trimestre lo más seguro.
Lo cierto es que los datos no vislumbran nada que no pudiéramos haber previsto de ante mano. La crisis ha retomado una senda alcista que retomará datos positivos en breve, si bien lo importante ahora es consolidar tanto la credibilidad y la confianza, tanto para que la mejora en el consumo y la inversión sigan creciendo, ya que no nos basta con datos positivos, sino con los datos que muestren una consolidada muestra de recuperación para los desequilibrios económicos, es decir, el desempleo, la inflación y el déficit público.
No podemos hablar de una verdadera recuperación hasta que la economía se dirija sola hacía el futuro, comienza a absorber empleo y a mejorar los datos de superávit exterior y fiscal. Falta mucho, se hará lentamente, y aunque no podemos saber realmente cuando ocurrirá, podemos saber que vamos en la senda oportuna.
Todos estos datos están basados en estudios propios y son públicos y de libre distribución.