16.4.10

Reflexiones sobre el caos, la globalización y la crisis

En el mundo económico y social, todo se mueve a golpes de ciclos que no somos capaces de medir hasta que han sucedido. Como decía Keynes, en el largo plazo todo son ciclos que llevan a la muerte. CocaCola, Apple o Telefónica un día tendrán que cerrar. Un día no utilizaremos el coche, no usaremos calzoncillos, no se lavará la ropa, no comeremos cinco veces, no existirán las calles o no habrá gobiernos. No sabemos cuando sucederá, no sabemos tampoco qué sustituirá a todo lo que ya conocemos. Pero que no nos quepa duda, un día EEUU no mandará en el mundo, Madrid no será la capital de España y el Ebro dejará de existir.
Desde el nacimiento de ese “algo” hasta su muerte, han pasado equis años. Un ciclo vital que nace, se desarrolla y muere. Que alcanza un punto álgido que incluso desconocemos cuando sucede, pues a partir de ese momento, empieza a bajar hasta su desaparición. Un ciclo o una curva, da igual cómo lo veamos, como lo estemos representando en nuestra mente. Pensemos en todo lo que ya no está entre nosotros. El Imperio Romano, la esclavitud, el Muro de Berlín, la peseta, las cintas de casette, los fotograbados, las sopas de pan, las monjas de clausura, el lavar en el arroyo. Pero no siempre son avances que sustituyen por mejoría a lo anterior. O no siempre lo que sustituye es en ese principio mejor. Por eso nunca sabemos qué nos espera tras el camino que hemos tomado, peor casi es seguro que nos encontraremos con más bifurcaciones, con más decisiones de nuevos caminos, con peligros.
Hoy todo está conectado. La globalización ya es caduca. Es un estado natural de la sociedad. Ya no existe, pues todo es globalización. Si sólo hubiera verano, no habría verano.
Esta crisis es más dura de lo normal, no tanto por su profundidad, disimulada de alguna manera, como por su extensión en el tiempo. Estamos en el momento crucial para poder discernir si será un cambio profundo, una depresión del sistema o simplemente una crisis fuerte. Si todavía dura en el mundo todo el año 2010, los cambios profundos, el comienzo de un caos sistémico será inevitable. Todo sigue moviéndose, luego si algo se estanca durante mucho tiempo, en realidad se cambia de posición, y otros elementos ocupan el espacio abandonado. A la vez que Europa sigue estancada o en recesión, China está sobrecalentada con crecimientos que ya empiezan a ser incluso problemas para ellos.
Tomar decisiones es inevitable. No tomar una decisión también es tomar decisiones. Todos los que nos rodean siguen tomando decisiones que nos afectan. Y algunas decisiones globalizadas ayudan al caos social, al cambio brusco, simplemente porque interesa seguir jugando. Y para acabar, valoremos que cada década es más rápida en sus interacciones, cada año es más veloz a la hora de que las decisiones lejanas afecten al pueblo de mi abuelo.