Mañana cumplo años, que es una manera programable de joderte el día. Primero porque sin duda eres más viejo. De golpe. Luego está el suspiro profundo de empezar a sumar, quien te ha felicitado y quien no. ¿Me seguirá queriendo fulanita o ya se habrá olvidado totalmente de mi?, ¿y el amigo mengano que como se separó ya no llama a nadie?
Hay que quedar con todos los hijos a una comida de apenados. Te miran ya como a un viejo venido a menos, al que parece que no le pesan los años tanto como se imaginaban. ¿Tú también vea a papa un poco más viejo y ajado?, ¿no está un poco apagado?; ¡coño!, como para no estar apagado. Si te pones a sumar y restar la jodes. Dices, si tengo tantos y la estadística dice que…, me quedan pues…, y luego vas con esos años de regalo y te lanzas a pensar. Pues hace esos años, los de la resta, yo tenía?…, ¡¡joder!!, ¡¡¡sólo me quedan esos años de vida???
Así que hay que gastarlos rápido y con dos bemoles bien puestos. Ahora mismo dejo de escribiros, queridos lectores y me pongo un whisky. Para más recochineo me han regalado una botella de whisky DYC, que dicen que así recuerdo sabores de antaño cuando era más pobre todavía. Con lo que a mi me gusta el Jack Daniels. ¿No habrán aprendido?. Por si me leen los hijos, nada queridos, tranquilos, a papa lo que le gusta es hacer caso a la médica, no tomar alcohol, no follar nunca que es malo para el corazón, tomar sólo pescado y a la plancha y eso si, morirse cuando toque pero sin joder mucho, que nada hay que molesta tanto como un viejo que esté jodido del todo y no sabe morirse. ¡Snif!