Os dejo el texto de un cuento, un relato, del autor, en apariencia Miguel Ángel García Fagés, aunque tengo mis grandes dudas de que sus autores (y digo en plural) sean este tal Miguel Ángel García Fagés. Es un relato coral, creo, estructurado de una forma novedosa y con ciertos detalles de ejercicios literarios, que nos pueden servir muy bien para adentrarnos en la literatura de vanguardia o al menos "atrevida"
1. Tenemos a Gabriel Baños. Vestía pantalón de un peso y remera de veinte centavos. Comuníquense con nosotros por medio de este mismo periódico, en su sección de sucesos.
2. Tenemos a Gabriel Baños. Su estado alimenticio es lamentable. Este hombre nunca ha ingerido los nutrientes mínimos. Valoramos su persona en 10.000 pesos. Adjuntamos foto del secuestrado con periódico del día de ayer.
3. Tenemos a Gabriel Baños. Por ahora, no somos crueles con él. Pedimos a quien corresponda la cifra de 10.000 pesos. Al principio pensábamos que era deficiente, pero no era eso. El señor Baños lleva toda la vida sin gafas pero con cinco dioptrías en cada ojo. Puede intervenir la policía, si así lo desean. No nos importa que el dinero provenga de fuentes diversas.
4. Tenemos a Gabriel Baños. Estamos intentando eliminar su raquitismo, pero todavía no tolera ni lácteos ni verduras ni huevos. Ha dejado de tropezar con los muebles: le gustan sus gafas. La suma de 10.000 pesos es innegociable.
5. Tenemos a Gabriel Baños. Empezaremos a cortarle un dedo si seguimos sin una respuesta en la sección de sucesos de este mismo diario. Hoy lo hemos sacado al jardín. Su piel es tan blanca que hemos tenido que comprar un protector solar especial. Adjuntamos foto con diario reciente.
6. Tenemos a Gabriel Baños. Hemos comprobado que es analfabeto, que no tiene familia y que nunca la ha tenido. Ya tolera las verduras. No habla casi nada, pero no es por miedo, como pensábamos, sino porque no está acostumbado a ello. A veces se queja: dice que ahora, con sus nuevas gafas, ve las cosas con un exceso de realismo.
7. Tenemos a Gabriel Baños. Hoy ha cogido el diario con el que le hemos hecho la foto. Lo miraba al revés, dice que no lo tocará más, que las yemas se le llenan de mierda. Se entretiene colocando unas piezas de ajedrez en el alféizar, mientras espera que llegue el dinero.
8. Tenemos a Gabriel Baños. Es el de la foto, aunque no lo parezca. Le hemos cortado esa barba que, lo más seguro, empezó a crecerle con su primer bozo. Al principio no se dejaba, pero ahora lo vemos contento. Aún no le hemos cortado el dedo, pero sí las uñas de manos y pies. Por eso ha dejado de cojear.
9. Tenemos a Gabriel Baños. Está inquito. Empieza a preguntar por qué no llega el dinero. Lo hemos engañado un poco, le hemos dicho que todos los Estados e Instituciones han empezado a reunirse. Ya coloca las piezas, aunque a veces confunde el rey con la dama.
10. Tenemos a Gabriel Baños. Ahora junta letras, ya no necesita protector solar y ayer digirió perfectamnte una tortilla francesa. Pero está inquieto. Nosotros también. Seguimos sin la menor de las respuestas en la sección de sucesos de su diario. Mataremos muy pronto al señor Baños si no nos pagan los 10.000 pesos del rescate.
11. Tenemos a Gabriel Baños. Hemos descubierto la causa de su nerviosismo. Mira sus dedos y a veces llora. Sin embargo, ya sabe contarlos, y eso le satisface. También muestra interés por el diámetro del círculo, si bien pronuncia “circulo”, como si fuera palabra llana.
12. Tenemos a Gabriel Baños. Después de fornicar con la prostituta se ha quedado tranquilo. Elsa es una chica dulce, y se ha quedado muy impresionada con la técnica cavernaria de Gabriel. Suponemos que Estados e Instituciones siguen dialogando. El precio del señor Baños se mantiene en 10.000 pesos.
13. Tenemos a Gabriel Baños. Ya puede leer nuestras peticiones de rescate y tolera todo tipo de alimentos. Ha conseguido un peso ideal y no le molesta la tabla de ejercicios que le hemos impuesto. El arco no se le da nada mal. Pregunta con insistencia qué es un Estado, pero todavía le cuesta entender los conceptos abstractos. Teme perder alguno de sus meñiques.
14. Tenemos a Gabriel Baños. Hace progresos con el Gambito de dama rehusado y prefiere Mozart a Bach, aunque lo suyo son las sonatas de Scarlatti. Confecciona su propia ropa, como bien se puede apreciar en la foto adjuntada.
15. Tenemos a Gabriel Baños. Le entusiasma la idea de “polis”. Creemos que porque es algo muy concreto. Hemos registrado sus patrones, puesto que se niega a ser fotografiado con prendas compradas. Recordamos que el valor del señor Baños sigue siendo de 10.000 pesos.
16. Tenemos a Gabriel Baños. Vigésimoquinta visita de Elsa. Nos preocupa, prque ayer Elsa no quiso cobrar. Es una meretriz montaraz que no conoce más que la ladera en la que vive. Ya tenemos la sierra eléctrica. El señor Baños sabe bien para qué es.
17. Tenemos a Gabriel Baños. Siempre se pone triste después de leer el periódico, porque no halla ningún indicio de colaboración en ustedes. Luego recibe la visita de su novia Elsa, y eso le levanta los ánimos. Hemos empezado a probar la sierra con pequeños objetos no carnosos.
18. Tenemos a Gabriel Baños. Ya no se cree lo del presunto diálogo entre Estados, Instituciones y organizaciones varias como O.N.G. o Cruces Rojas. Prefiere Marlow a Shakespeare y empieza a escribir textos. Su aspecto ahora es atlético y su piel ha adquirido un bonito tono cobrizo. En ajedrez es imbatible, nos gana a todos, pero antes de decir “mate” se queda pensativo.
19. Tenemos a Gabriel Baños. Sus patrones empiezan a cotizar en los mercados internacionales. Por supuesto, su nombre no aparece, pero le damos el 50% de las ganancias. Colecciona nuestras peticiones de rescate y se queja. Al parecer, al señorito no le gusta nuestro estilo. La suma sigue siendo innegociable y les advertimos muy seriamente de que nuestra paciencia se ha acabado.
20. Tenemos a Gabriel Baños. Como seguimos sin respuesta, le iremos cortando partes de su cuerpo a partir de Navidad. Elsa y Gabriel hacen planes de casamiento y hablan de tener hijos. El señor Baños nos entregó el otro día sus “variaciones y técnicas en el género de Peticiones de rescate”. La prestigiosa Revista Litterae está muy interesada en su publicación.
21. Tenemos a Gabriel Baños. He abierto mi quinta tienda de ropa y acabo de vender mi tercera novela a una productora cinematográfica. El más pequeño ya corretea por la ladera y quiero a Elsa con pasión. Me siento muy a gusto, rodeado de los míos, que han tenido la gentileza de dejarme redactar a última petición de rescate. Sigo valiendo 10.000 pesos, aunque yo insisto en aumentar la cifra. Ahora estoy enfrascado en la dialéctica de Platón, pero sigo sin entender lo que significan los Estados y las organizaciones no guberna-mentales. Atentamente, se despide para siempre de ustedes, Gabriel Baños.