Estuve este domingo en el Museo del Prado. Por la tarde. Era vergonzoso. Hay que tomar medidas y además de forma urgente. Como es lógico no se hará nada. En las salas de Velazquez y Goya la saturación de gente era espectacular. Se amontonaban delante de los cuadros más conocidos como sólo he visto delante de Mona Lisa en París. Pero sin cristales. La temperatura era normal, pero la sensación de humedad pues el día era ligeramente lluvioso, muy alta.
Nos tenemos que plantear en algún momento, más pronto que tarde, que hay que hacer algo con los museos de pintura de tan gran valor histórico. No podemos entregar a la visión de los espectadores tantas obras de arte únicas, sin defensa excepto controles ligeros de ambiente y luz.
Hoy hay sistemas de muy alta calidad para poder mostrar a los espectadores comunes y a los turistas las obras de arte más famosas sin que estas estén “de cuerpo presente” y además con más calidad y detalle que los propios originales. Algún día nos lo plantearemos y tal vez sea ya el momento de empezar a pensar.
Hoy se puede enseñar imágenes digitales impresas, tanto a tamaño real como ampliando zonas y detalles, que bien montadas en una exposición didáctica servirían para no entregar al deterioro unas obras que hay que cuidar.
Cuando hace algo más de una década se restauró “Las Meninas” y se colocó en una habitación interior y no en el pasillo central, recuerdo que los colores eran más limpias y sobre todo las sombras estaban más abiertas, con más detalle. Podría ser que la luz de aquel momento fuera mejor, pero también que ya se haya deteriorado el color, volviendo otra vez hacia la obscuridad (tengo que avisar que de color SI entiendo bastante, me sirvió para comer durante décadas).