Ha sido de una enorme alegría poder contemplar libre a la cooperante Alicia Gámez, pero esperando la liberación de los todavía otros dos compañeros secuestrados, que se antoja algo más compleja, tal vez deberíamos plantearnos algunas consideraciones sobre la cooperación con otros países.
Tal vez la primera duda surge cuando se conoce que hay un gran número de ciudadanos de muy buena fe que acuden de cooperantes a estos países por libre, sin estar amparados tras una gran organización humanitaria. Lo hacen totalmente por libre o acompañados de pequeñas organizaciones in muchas posibilidades de defensa y organización, una vez que empiezan a trabajar en los países a donde acuden.
Pero hay también un número de personas que acuden como cooperantes por decisión propia, con el ánimo de trabajar en estos países y poder ampliar sus conocimientos o incluso en algunos casos, conocer de primera mano aquellas zonas por diversos motivos, algunos maravillosos pero otros no tanto.
Un cooperante es un trabajador que cobra por realizar su trabajo; no es un voluntario que acude a la llamada de una gran organización humanitaria y trabaja gratuitamente amparada por esta. La diferencia es enorme a la hora de valorar los riesgos y de tener una defensa más cerrada antes los problemas de seguridad de ciertas zonas del planeta.
Los Estados no pueden (no podrán en el futuro, por saturación) acudir a socorrer a todas las situaciones que se vayan dando en el mundo de la cooperación. Será imposible si antes no somos capaces de acabar con ciertas prácticas que van en aumento.
Los grupos terroristas, violentos, armados o de liberación necesitan dinero pero sobre todo notoriedad. Ponen en serios aprietos a los gobiernos occidentales, que deben rendirse ante solicitudes casi imposibles de explicar. El problema se convierte en muy serio, por mucho que los servicios secretos hacen un trabajo de ingeniería política y diplomática para que sean otros países los que aparezcan como negociadores y pagadores de los rescates.
Los trabajadores voluntarios que acuden como cooperantes deben trabajar con todas las garantías, pero deben ir con todas ellas también, amparadas dentro de proyectos de gran calado o si no es así, saber que van bajo su responsabilidad. Habrá que dar directrices muy claras al respecto para que no se sigan produciendo escaladas de secuestros que tanta rentabilidad dan a grupos violentos.