Escribe en una hoja unas 20 características de tu personalidad o una lista de tus detalles físicos.
A partir de estos datos, crea un personaje ficticio cambiando por ejemplo la edad, el género. El resto de elementos mantenlos.
Coloca a este nuevo personaje en un relato violento. Como protagonista, como víctima o como testigo. O incluso como narrador único que participa en la acción.
Has creado a partir de unos rasgos casi propios, una situación, una serie de escenas que te son ajenas. Es como un autorretrato pero con mentiras y colocado en una situación violenta que posiblemente nunca tendrás.
Es una manera de aprender a dominar personajes con rasgos ya definidos, y ante situaciones complicadas.
Es una manera de aprender a dominar personajes con rasgos ya definidos, y ante situaciones complicadas.
Aprender a dominar a los personajes evita que sean ellos en el transcurso del relato, se logran apoderar del escritor.