Las fusiones en España son una asignatura pendiente. Tanto en cadenas de televisión como en empresas de todo tipo. Tenemos un mercado empresarial pequeño que hay que dotar de defensas ante un mercado muy globalizado y las fusiones, sean bancarias, empresariales o de medios de comunicación, son casi obligatorias.
La fusión de Antena3 y la Sexta es lógica, mucho más normal que otras que se habían filtrado y que parecían anti natura, aunque nunca se sabe lo que en el futuro nos deparará la crisis de activos.
De esta fusión puede resultar un grupo potente, con altas posibilidades de subir en espectadores y con una calidad general buena pero afectada por posibles problemas de futuro si no se controla la calidad de la publicidad para no caer en el error de una exceso.
Los posibles aumentos en número de minutos por hora de programación pueden traer no sólo al abandono de cierto número y tipo de espectadores sino un empobrecimiento de la calidad general de la publicidad con un efecto contrario al deseado por las cadenas.
Ellos verán.