Ayer Zapatero en el Congreso demostró que no es un líder para salir de la crisis, o incluso que no es un líder suficiente para llevar a España a donde creímos todos que se merecía.
Algo le falla, o bien su capacidad para encontrar equipos de colaboradores o su forma de gestionar los recursos humanos que encuentra, pero ese creerse que es capaz él sólo, de marcar el camino y de recorrerlo, es un gran error, porque le falta carisma y sobre todo ideas suficientes para afrontar los problemas.
Incluso diría que ideas no le faltan, pero si capacidad para llevarlas a buen término.
En estos momento España está tocada, porque Zapatero no es capaz de llevarnos a buen puesto de forma rápida y los números son insistentes y tozudos y porque Rajoy no es líder de recambio, capaz sólo de esperar a que el muerto pase por la puerta de su casa y entonces levantarse a saludar.
Son demasiados intentos diferentes para reactivar la economía, como para creernos nada nuevo de lo que nos platee Zapatero. Sobre todo en economía, y no me cansaré de repetirlo, es necesario tener fe y no tener miedo. Los mercados y los consumidores están literalmente acojonados, y eso lleva al miedo y al cierre, al paro y a la congelación. Sigue existiendo el dinero, aunque ahora nadie sabe qué valor tiene, pero los que tienen la suerte de poseerlo como están asustados, lo han depositado debajo de sus colchones.
Por cierto, ¿cuánta economía sumergida tenemos en estos momentos?
Algo le falla, o bien su capacidad para encontrar equipos de colaboradores o su forma de gestionar los recursos humanos que encuentra, pero ese creerse que es capaz él sólo, de marcar el camino y de recorrerlo, es un gran error, porque le falta carisma y sobre todo ideas suficientes para afrontar los problemas.
Incluso diría que ideas no le faltan, pero si capacidad para llevarlas a buen término.
En estos momento España está tocada, porque Zapatero no es capaz de llevarnos a buen puesto de forma rápida y los números son insistentes y tozudos y porque Rajoy no es líder de recambio, capaz sólo de esperar a que el muerto pase por la puerta de su casa y entonces levantarse a saludar.
Son demasiados intentos diferentes para reactivar la economía, como para creernos nada nuevo de lo que nos platee Zapatero. Sobre todo en economía, y no me cansaré de repetirlo, es necesario tener fe y no tener miedo. Los mercados y los consumidores están literalmente acojonados, y eso lleva al miedo y al cierre, al paro y a la congelación. Sigue existiendo el dinero, aunque ahora nadie sabe qué valor tiene, pero los que tienen la suerte de poseerlo como están asustados, lo han depositado debajo de sus colchones.
Por cierto, ¿cuánta economía sumergida tenemos en estos momentos?