En el "sistema" democrático, tan necesario es el buen gobierno de Zapatero como la correcta oposición de Rajoy. Sin esta labor, el sistema queda herido de muerte, pues nos convertiremos en el largo plazo en una dictadura democrática, que es un grado menor de las dictaduras salvajes.
Podemos estar viviendo una legalidad eterna, si la sociedad resulta adormilada en el proceso, en la participación; pero una legalidad envenenada.
De nada sirve que todo parezca y sea legal, si no es bueno.
Para que funcione todo, debe haber no sólo alternancia, sino lo que es más importante, parecerlo y temerse por parte de quien gobierna. Nada cuida más el corral, que el miedo al lobo.
Mientras quien gobierna se crea absolutamente seguro de que no hay nadie mejor, puede ser malo de narices y no tener ganas de mejorar.
En estos momentos, en España, la oposición léase Rajoy, es mala de narices.
Según el último CIS sólo el 10% de los encuestados cree que hace bien su labor de oposición.
Con lo que está cayendo son unos datos desoladores.
España necesita tener alternativa simplemente para que quien gobierna intenta hacerlo lo mejor posible, para que la sociedad sepa que existen otras formas de intentar buscar soluciones.
Mientras tanto la sociedad de la calle, la inmensa mayoría, sufren la crisis que está pasando de ser económica a ser política por no tener un líder capaz de salir a calmar la marea que viene.
Tras este septiembre, volverán los miedos y las broncas. Los números del paro nos van a asustar.
Podemos estar viviendo una legalidad eterna, si la sociedad resulta adormilada en el proceso, en la participación; pero una legalidad envenenada.
De nada sirve que todo parezca y sea legal, si no es bueno.
Para que funcione todo, debe haber no sólo alternancia, sino lo que es más importante, parecerlo y temerse por parte de quien gobierna. Nada cuida más el corral, que el miedo al lobo.
Mientras quien gobierna se crea absolutamente seguro de que no hay nadie mejor, puede ser malo de narices y no tener ganas de mejorar.
En estos momentos, en España, la oposición léase Rajoy, es mala de narices.
Según el último CIS sólo el 10% de los encuestados cree que hace bien su labor de oposición.
Con lo que está cayendo son unos datos desoladores.
España necesita tener alternativa simplemente para que quien gobierna intenta hacerlo lo mejor posible, para que la sociedad sepa que existen otras formas de intentar buscar soluciones.
Mientras tanto la sociedad de la calle, la inmensa mayoría, sufren la crisis que está pasando de ser económica a ser política por no tener un líder capaz de salir a calmar la marea que viene.
Tras este septiembre, volverán los miedos y las broncas. Los números del paro nos van a asustar.