La necesidad de escribir la tenemos muchas personas, capacidad y sobre todo tiempo para hacerlo… ya no tantas. Pero en realidad el oficio de escritor hay que reconocerlo, es bastante ingrato, duro a veces, porque requiere de mucho tiempo, de un gran esfuerzo a veces para corregir y volver a releer, para buscar datos, y si al final tienes suerte y logras publicar, todo tu trabajo quedará olvidado sin lectores en pocos meses.
Si te gusta escribir, no lo dudes, escribe, y de momento, olvídate de los lectores.
Hay que reconocerlo, la meta de un escritor es conseguir lectores. Lo de vender o publicar es lo de menos. Al menos en los primeros 100 años de oficio.
Muy pocos, poquísimos escritores logran publicar y vender y de ellos todavía menos son los que consiguen una bolsa de lectores suficiente para sentirse contento. Los que logran vivir de escribir… o son periodistas (y últimamente viven asustados ante el futuro de su profesión) o son gente con mucha suerte y gran oficio.
Así que Internet es la “Gran Parada”, la fonda en donde mucho recalamos para conseguir algunos lectores que en vez de venir a comer copiosamente, toman tapas rápidas y se van a otro “bar” a seguir consumiendo.
Somos escritores de pequeñas dosis, pero al menos logramos disfrutar y mucho con nuestro trabajo. Quien no se consuela, es porque no quiere.