No es nueva la afición u oficio del Presidente Felipe por crear joyas, que por cierto tienen bastante éxito en España pero más en algunos países iberoamericanos.
Pero no voy a hablar directamente de su afición por las piedras y los restos de ramitas con los que trabaja, sino de lo desaprovechados que tenemos en este santo país a los cincuentones y sesentones que ya no ocupan puestos de trabajo constante. Tanto Presidentes como prejubilados varios, oficiales u oficinistas, que son abandonados por sus empresas en lo mejor de sus vidas productivas, por diferentes motivos.
Profesionales con suficiente experiencia que no es la sociedad capaz de “reciclar” con una formación continua de calidad, en donde además de enseñar nuevas tecnologías se logre la implicación de los protagonistas en nuevas ganas de trabajar, de seguir construyendo con sus ideas y experiencias nuevos proyectos. Muchos de nosotros empezamos a trabajar a la edad de 14 años, llevamos más de 40 trabajando y estamos “quemados” lo que no nos debe impedir buscar nuevas posibilidades laborales, retribuidas o no, mucho o poco, pero que nos sigan dando motivo de implicación, de ganas por aprender y enseñar, de producir, de comprometernos en proyectos solidarios, de sentirnos útiles a la vez que con capacidad para seguir teniendo un sueldo justo y suficiente.
Con esta crisis seremos todavía más, los y las trabajadores mayores de 50 años, que terminemos en el paro, abandonados y parados. Pero lo peor, es que estaremos también parados para la sociedad. Parados mentales. Deprimidos totales. Incapaces de seguir creando.
Nos tendremos que hacer joyeros, ya que no podremos ser Presidentes.
Pero no voy a hablar directamente de su afición por las piedras y los restos de ramitas con los que trabaja, sino de lo desaprovechados que tenemos en este santo país a los cincuentones y sesentones que ya no ocupan puestos de trabajo constante. Tanto Presidentes como prejubilados varios, oficiales u oficinistas, que son abandonados por sus empresas en lo mejor de sus vidas productivas, por diferentes motivos.
Profesionales con suficiente experiencia que no es la sociedad capaz de “reciclar” con una formación continua de calidad, en donde además de enseñar nuevas tecnologías se logre la implicación de los protagonistas en nuevas ganas de trabajar, de seguir construyendo con sus ideas y experiencias nuevos proyectos. Muchos de nosotros empezamos a trabajar a la edad de 14 años, llevamos más de 40 trabajando y estamos “quemados” lo que no nos debe impedir buscar nuevas posibilidades laborales, retribuidas o no, mucho o poco, pero que nos sigan dando motivo de implicación, de ganas por aprender y enseñar, de producir, de comprometernos en proyectos solidarios, de sentirnos útiles a la vez que con capacidad para seguir teniendo un sueldo justo y suficiente.
Con esta crisis seremos todavía más, los y las trabajadores mayores de 50 años, que terminemos en el paro, abandonados y parados. Pero lo peor, es que estaremos también parados para la sociedad. Parados mentales. Deprimidos totales. Incapaces de seguir creando.
Nos tendremos que hacer joyeros, ya que no podremos ser Presidentes.