En las últimas semanas estoy teniendo la oportunidad (o no) de encontrarme con personas que odian la politica y los políticos. Incluso desde gentes con claras ideas políticas…
…que entre las que pregonan, están las que todos los políticos son unos… (pongan ustedes el insulto que les plazca).
Ya aquí lo hemos hablado en alguna otra ocasión. Es un problema social del que tenemos gran parte de culpa los que por poco que sea, dedicamos nuestros tiempos a la política.
Algo se está haciendo muy mal para que la sociedad en una España que sólo lleva poco más de 30 años de democracia (una generación), hable tan mal del sistema. O bien los poderes fácticos que añoran viejos tiempo están haciendo una excelente labor de zapa y derribo o bien es que somos tontos de capirote.
No es posible avanzar si seguimos odiando a los que nos gobiernas, es imposible pregonar lo mal que funciona un sistema, sin que este sufra y se rompa.
No es entendible que se siga por la senda de la queja constante sin plantar cara, no sirva más que para desencantar y hacer daño inutil. Si el sistema no gusta, hay que derribarlo o cambiarlo desde dentro, pero nunca estar en una queja constante, porque serán otros los que se aprovecharán de esa sensación de muchos, para erigirse en salvadores de patrias.
Sólo la democracia permite cambiar un sistema de gobierno desde la paz.
Sin duda España es un territorio complicado de gobernar, y con las generaciones que lo van llenando, no cambia nada de su camino histórico. O aprendemos a trabajar desde los sistemas para conseguir cambiarlos, o nos volverán a enseñar a hostias, como hay que cambiar los sistemas democráticos por otros que algunos consideran mejores. Mejores para ellos.
…que entre las que pregonan, están las que todos los políticos son unos… (pongan ustedes el insulto que les plazca).
Ya aquí lo hemos hablado en alguna otra ocasión. Es un problema social del que tenemos gran parte de culpa los que por poco que sea, dedicamos nuestros tiempos a la política.
Algo se está haciendo muy mal para que la sociedad en una España que sólo lleva poco más de 30 años de democracia (una generación), hable tan mal del sistema. O bien los poderes fácticos que añoran viejos tiempo están haciendo una excelente labor de zapa y derribo o bien es que somos tontos de capirote.
No es posible avanzar si seguimos odiando a los que nos gobiernas, es imposible pregonar lo mal que funciona un sistema, sin que este sufra y se rompa.
No es entendible que se siga por la senda de la queja constante sin plantar cara, no sirva más que para desencantar y hacer daño inutil. Si el sistema no gusta, hay que derribarlo o cambiarlo desde dentro, pero nunca estar en una queja constante, porque serán otros los que se aprovecharán de esa sensación de muchos, para erigirse en salvadores de patrias.
Sólo la democracia permite cambiar un sistema de gobierno desde la paz.
Sin duda España es un territorio complicado de gobernar, y con las generaciones que lo van llenando, no cambia nada de su camino histórico. O aprendemos a trabajar desde los sistemas para conseguir cambiarlos, o nos volverán a enseñar a hostias, como hay que cambiar los sistemas democráticos por otros que algunos consideran mejores. Mejores para ellos.