Los datos estadísticos publicados sobre la bajada del precio de la vivienda en España no recogen la realidad del mercado de compra venta sino el precio que los tasadores pasan a las agencias de estadística. Pero sospechosamente estas agencias de tasación son en su mayoría empresas muy obligadas por intereses bancarios, y no reflejan la realidad, pues de hacerlo, las contabilidades bancarias caerían mucho más, algo que no interesa, pues quieren tener sus activos muy altos para no ofrecer imagen de bancarrota.
Los notarios, los vendedores de pisos o las agencias saben que NO se está vendiendo pisos de segunda mano, excepto aquellos que están a un precio realmente mucho más bajo que el resto y en zonas muy elegidas.
Los pisos en barrios de las grandes ciudades, los viejos o sin altas calidades y los de segunda vivienda, simplemente no se venden.
Da igual los valores de bajada de precio que se publiquen, simplemente no están al precio lógico que hoy el mercado quiere pagar por ellos, y no se venden. Lo cual no quiere decir que no se necesiten vender ni que no se necesiten comprar.
Quien tiene dinero busca un tipo de vivienda muy específico. Y en segunda vivienda, simplemente se está esperando a que surjan ofertas muy interesantes.
Quien no tiene dinero, como hoy es imposible obtener crédito, le da igual que los pisos bajen un 18% o un 12% o un 25%.
Mientras el precio de la vivienda no se ajuste a un precio real con arreglo a equis años de trabajo, no se venderán. Si los sueldos bajan, los precios de la vivienda tendrán que bajar más. El comprador sabe que el precio real de las cosas guarda relación con los días de trabajo que necesita emplear para pagarlas. Y los sueldos de los jóvenes, lógicos compradores de vivienda, son cada vez más bajos.
Los notarios, los vendedores de pisos o las agencias saben que NO se está vendiendo pisos de segunda mano, excepto aquellos que están a un precio realmente mucho más bajo que el resto y en zonas muy elegidas.
Los pisos en barrios de las grandes ciudades, los viejos o sin altas calidades y los de segunda vivienda, simplemente no se venden.
Da igual los valores de bajada de precio que se publiquen, simplemente no están al precio lógico que hoy el mercado quiere pagar por ellos, y no se venden. Lo cual no quiere decir que no se necesiten vender ni que no se necesiten comprar.
Quien tiene dinero busca un tipo de vivienda muy específico. Y en segunda vivienda, simplemente se está esperando a que surjan ofertas muy interesantes.
Quien no tiene dinero, como hoy es imposible obtener crédito, le da igual que los pisos bajen un 18% o un 12% o un 25%.
Mientras el precio de la vivienda no se ajuste a un precio real con arreglo a equis años de trabajo, no se venderán. Si los sueldos bajan, los precios de la vivienda tendrán que bajar más. El comprador sabe que el precio real de las cosas guarda relación con los días de trabajo que necesita emplear para pagarlas. Y los sueldos de los jóvenes, lógicos compradores de vivienda, son cada vez más bajos.