9.4.09

La memoria de los electores ante sus problemas es muy corta.

Los electores, los ciudadanos que vivimos y sufrimos las buenas o malas decisiones de los políticos, siempre tendemos a pensar que en las próximas elecciones se van a enterar. Pero la memoria del elector es muy corta en el tiempo, curiosamente incluso, está estudiado cuanto tiempo tarda en olvidarse un ciudadano, de las malas acciones para sus intereses particulares.
Y este tiempo no es superior, de media, a los seis meses.
Luego un gestor político lo que en realidad debe cuidar es la imagen que da a sus electores en los 6 últimos meses antes de la consulta.
O lo que es lo mismo. Lo que debe intentar es zancadillear a su oposición con ideas "fuerza" en los últimos meses. Es lo que recordará el elector a la hora de votar.
De nada sirve pues, lo que las encuestas puedan o no decir, con más prospección temporal.
De esto saben mucho los grandes, y así se traslada en las reuniones de márketing político a los dirigentes de comunicación.
Si ustedes se fijan, sobre seis meses antes de unas votaciones, los grandes partidos suelen desatar una seria de ataques muy estudiados en la línea de flotación del marco que sujeta la imagen del contrario. Esa imagen es la que retendrá el votante a la hora de depositar la papeleta. Nada de lo que haya hecho, para bien o para mal, se tendrá en cuenta, pero se magnificará la imagen de esos últimso meses.
Si siente que le atacan a deguello, piense que viene un periodo electoral y que estos ataques son los que hay que parar. Nadie le recordará por lo anterior.
Recuerdo ahora a un partido político muy amigo, que sufrió en sus últimos 6 meses antes de la reválida, los ataques de los medios por una tontería absurda, pero que tapó toda su gran labor de 4 años. El elector sólo vió lo que le vendían en esos 4/6 meses últimos.