Un año después, España no es la misma, pero no ya por la crisis, sino por el descontento, por la incapacidad para dotar de ilusión a la sociedad, por el desencanto de una población abstraída ante su propio país.
Zapatero no quiero ver la realidad, como no quiso ver la crisis hace ahora un año, cuando negaba incluso la posibilidad de llamar crisis a la crisis.
No estamos ante una España con rumbo sino ante un país con problemas que no está demostrando liderazgo político, que parece esperar a que se vayan sucediendo las elecciones políticas para sí asumir las derrotas como soluciones a los problemas.
Necesitamos gerencia política, soluciones, capacidad de equivocarse, pero no sombría capacidad de aturdimiento y aletargamiento ante los problemas.
Zapatero debe dotarse de otros Ministros, de otras maneras de trasladar ilusión, ha gastado en un año todo lo que se le entregó en forma de poder. Debe renovar a su equipo, porque un Presidente no es el culpabre de lo mal que lo hagan sus ayudante, sino de no saber elegirlos o renovarlos.
Zapatero no quiero ver la realidad, como no quiso ver la crisis hace ahora un año, cuando negaba incluso la posibilidad de llamar crisis a la crisis.
No estamos ante una España con rumbo sino ante un país con problemas que no está demostrando liderazgo político, que parece esperar a que se vayan sucediendo las elecciones políticas para sí asumir las derrotas como soluciones a los problemas.
Necesitamos gerencia política, soluciones, capacidad de equivocarse, pero no sombría capacidad de aturdimiento y aletargamiento ante los problemas.
Zapatero debe dotarse de otros Ministros, de otras maneras de trasladar ilusión, ha gastado en un año todo lo que se le entregó en forma de poder. Debe renovar a su equipo, porque un Presidente no es el culpabre de lo mal que lo hagan sus ayudante, sino de no saber elegirlos o renovarlos.