
Si todos fuéramos iguales, ya no existiríamos.
En estos tiempos de cambios y crisis, los que nos salimos del marco señalado como común, podemos ser tachados de imbéciles, de inútiles. Hay que sonreir y seguir en el camino, mirar con calma a la vida y disfrutar del dia a día.
Ser diferentes no debe significar ser indecentes para los demás.