La crisis se va a prolongar, luego el Banco de España deberá intervenir de nuevo.
Hay que decirlo con calma, pero comunicarlo. Las grandes empresas, los bancos, se han sobredimensionado en sus contabilidades, en el valor de sus activos, porque metieron en sus libros valores de inmuebles imposibles de mantener hoy.
Si la crisis perdura y el mercado nos va indicando poco a poco, que los valores inmobiliarios bajan hasta precios más lógicos, iran bajando los valores reales de las empresas y de los bancos.
La diferencia entre lo prestado y lo que adeudan, o entre lo prestado y lo avalado, hará que la morosidad crezca peligrosamente. Y que los bancos se descapitalicen.
Además, las empresas cuando acudar a solicitar crédito, ya no podrán llevar contabilidades infladas, el gran problema escondido de esta crisis, y con su valor real no podran obtener crédito.
Hata ahora, una emlresa acudía con unas deudas de 200 millones pero presentaba unos activos de unas naves en un polígono y unas oficinas en una calle céntrica por valor de 400 millones. El banco le otorgaba crédito sin muchos problemas.
Ahora la misma empresa, sigue deviendo los 200 millones, su cuenta de resultados se tambalea pues han bajado las ventas, y sus activos, que son los mismos, son unas naves y unas oficinas que ahora está tasada en 200 millones, sin garantçia de que alguien las vaya a comprar ni por ese precio. El banco no da crédito y la empresa deja de pagar la deuda. El único banco que le dará crédito es precisamente aquel con el que ya tiene la dueda, que es el que se la tiene que jugar, pues es NO cobrar o NO cobrar.
Ante este panorama la crisis seguirá, hasta limpiar toda la toxicidad del sistema. ¿Hasta cuando?, pues mientras sigamos negando la mayor, no se sabe.
Piense un momento en usted mismo. ¿Tiene un piso?
Bien, si tiene un piso me sirve de ejemplo.
Me da igual si lo debe o ya lo tiene pagado, aunque si lo debe la respuesta será todavía más dura.
Ese piso lo compró por 100.000 euros hace 6 años. Hace un año su vecino vendió uno igual por 250.000 euros. Usted pensó que su piso valía esa cantidad. Si sólo lo pensó, ahora, cuando le digan que su piso vale 150.000 euros se preocupará pero pensará que todavía vale más de lo que le costó.
Pero si decidió comprarse otro piso nuevo y vender este viejo para el cambio. O si decidió que valía 250.000 euros por similitud con el vecino e hizo una hipoteca para comprarse un apartamento en la playa, está jorobado. Cuando le digan que vale 150.000 euros se negará a aceptarlo.
pero su caso es de los mejores.
Imagine el de otra persona que compró en 2005/2007 por 250.000 euros. Que todavía los debe al banco, y que ahora le contamos los cenizos, que su piso puede valer 200.000 euros. Menos de lo que debe. Y que además no lo va a tener fácil para venderlo, porque hay sobresaturación de pisos en el mercado.
El propietario se preocupará, pero el banco que le dió la hipoteca se asustará e intentará maquillar sus contabilidades, para que no se reflejen que dió muchas hipotecas de esas.
Ayer Abadía puso un ejemplo sencillo pero peligroso y real.
Si te juntas con 80 amigos y te vas a un banco pequeño o a una caja de ahorros, a sacar 100 euros cada uno y a la misma hora; en pocas semanas esa caja de ahorros cerrará. Pones a 80 amigos en fila para acojonar y al número 81 haciendo fotos de la fila, para mandarlas a un medio de comunicación.
El miedo no existe hasta que se crea.
Es lo que ha pasado a CCM.
Hay que decirlo con calma, pero comunicarlo. Las grandes empresas, los bancos, se han sobredimensionado en sus contabilidades, en el valor de sus activos, porque metieron en sus libros valores de inmuebles imposibles de mantener hoy.
Si la crisis perdura y el mercado nos va indicando poco a poco, que los valores inmobiliarios bajan hasta precios más lógicos, iran bajando los valores reales de las empresas y de los bancos.
La diferencia entre lo prestado y lo que adeudan, o entre lo prestado y lo avalado, hará que la morosidad crezca peligrosamente. Y que los bancos se descapitalicen.
Además, las empresas cuando acudar a solicitar crédito, ya no podrán llevar contabilidades infladas, el gran problema escondido de esta crisis, y con su valor real no podran obtener crédito.
Hata ahora, una emlresa acudía con unas deudas de 200 millones pero presentaba unos activos de unas naves en un polígono y unas oficinas en una calle céntrica por valor de 400 millones. El banco le otorgaba crédito sin muchos problemas.
Ahora la misma empresa, sigue deviendo los 200 millones, su cuenta de resultados se tambalea pues han bajado las ventas, y sus activos, que son los mismos, son unas naves y unas oficinas que ahora está tasada en 200 millones, sin garantçia de que alguien las vaya a comprar ni por ese precio. El banco no da crédito y la empresa deja de pagar la deuda. El único banco que le dará crédito es precisamente aquel con el que ya tiene la dueda, que es el que se la tiene que jugar, pues es NO cobrar o NO cobrar.
Ante este panorama la crisis seguirá, hasta limpiar toda la toxicidad del sistema. ¿Hasta cuando?, pues mientras sigamos negando la mayor, no se sabe.
Piense un momento en usted mismo. ¿Tiene un piso?
Bien, si tiene un piso me sirve de ejemplo.
Me da igual si lo debe o ya lo tiene pagado, aunque si lo debe la respuesta será todavía más dura.
Ese piso lo compró por 100.000 euros hace 6 años. Hace un año su vecino vendió uno igual por 250.000 euros. Usted pensó que su piso valía esa cantidad. Si sólo lo pensó, ahora, cuando le digan que su piso vale 150.000 euros se preocupará pero pensará que todavía vale más de lo que le costó.
Pero si decidió comprarse otro piso nuevo y vender este viejo para el cambio. O si decidió que valía 250.000 euros por similitud con el vecino e hizo una hipoteca para comprarse un apartamento en la playa, está jorobado. Cuando le digan que vale 150.000 euros se negará a aceptarlo.
pero su caso es de los mejores.
Imagine el de otra persona que compró en 2005/2007 por 250.000 euros. Que todavía los debe al banco, y que ahora le contamos los cenizos, que su piso puede valer 200.000 euros. Menos de lo que debe. Y que además no lo va a tener fácil para venderlo, porque hay sobresaturación de pisos en el mercado.
El propietario se preocupará, pero el banco que le dió la hipoteca se asustará e intentará maquillar sus contabilidades, para que no se reflejen que dió muchas hipotecas de esas.
Ayer Abadía puso un ejemplo sencillo pero peligroso y real.
Si te juntas con 80 amigos y te vas a un banco pequeño o a una caja de ahorros, a sacar 100 euros cada uno y a la misma hora; en pocas semanas esa caja de ahorros cerrará. Pones a 80 amigos en fila para acojonar y al número 81 haciendo fotos de la fila, para mandarlas a un medio de comunicación.
El miedo no existe hasta que se crea.
Es lo que ha pasado a CCM.