Para poder cuadrar los balances, necesitamos dinero de nuestras exportaciones. Como industrialmente somos poca cosa, hemos tapado en las últimas décadas este problema con los turistas, que compran productos nuestros sin que nosotros tengamos que salir a venderlos.
Durante muchos años la "industria" del turismo abastecía de divisas nuestra economía.
Pero en los últimos años grandes empresas de fuera han ido tomando posiciones en nuestro mercado interior y ahora gran parte del ingreso por turismo está en manos extranjeras.
Aun con todo esto no sería muy grave.
Pero durante muchos años, todos, incluidos los gobiernos como si no fuera con ellos el tema, han avisado de que no se podría mantener por muchos años un turismo basado sólo en sol y playa.
Ahora estamos dentro de una crisis importante aunque todavía no sabemos de qué tamaño.
Lo veremos en pocos meses.
Pero no hemos hecho los deberes.
Tras el turismo de sol y playa se esconde eso si, la tranquilidad, pero poco más.
Algo de gastronomía de calidad, pero muy escondida y cara; y punto.
En los centenares de pueblos turísticos de nuestras costas, no hay ofertas culturales para complementar el entretenimiento.
Si usted se va de vacaciones a Túnez, a Marruecos o a Grecia, además del sol tiene otros muchos lugares a donde acudir para diversificar. Algo que en Andalucía se hace con el flamenco, los toros y los caballos.
Pero en el resto de la España turística, creemos que con unas paellas congeladas y chiringuitos sosos podemos competir con los zocos o las culturas desconocidas.
Se hace mucha más vida cultural en pueblos de Pirineo Aragonés que en zonas de playa muy conocidas, y eso si, se asume como inevitable el ocaso del sistema vacacional de sol y arena.
¿No hay profesionales que sean capaces de idear un nuevo sistema complementario para sujetar al turista de todo tipo?
¿Cuando nos daremos cuenta que los precios actuales desincentivan el consumo para un turista cada vez con menos dinero y con una moneda igual de fuerte que la nuestra?
Durante muchos años la "industria" del turismo abastecía de divisas nuestra economía.
Pero en los últimos años grandes empresas de fuera han ido tomando posiciones en nuestro mercado interior y ahora gran parte del ingreso por turismo está en manos extranjeras.
Aun con todo esto no sería muy grave.
Pero durante muchos años, todos, incluidos los gobiernos como si no fuera con ellos el tema, han avisado de que no se podría mantener por muchos años un turismo basado sólo en sol y playa.
Ahora estamos dentro de una crisis importante aunque todavía no sabemos de qué tamaño.
Lo veremos en pocos meses.
Pero no hemos hecho los deberes.
Tras el turismo de sol y playa se esconde eso si, la tranquilidad, pero poco más.
Algo de gastronomía de calidad, pero muy escondida y cara; y punto.
En los centenares de pueblos turísticos de nuestras costas, no hay ofertas culturales para complementar el entretenimiento.
Si usted se va de vacaciones a Túnez, a Marruecos o a Grecia, además del sol tiene otros muchos lugares a donde acudir para diversificar. Algo que en Andalucía se hace con el flamenco, los toros y los caballos.
Pero en el resto de la España turística, creemos que con unas paellas congeladas y chiringuitos sosos podemos competir con los zocos o las culturas desconocidas.
Se hace mucha más vida cultural en pueblos de Pirineo Aragonés que en zonas de playa muy conocidas, y eso si, se asume como inevitable el ocaso del sistema vacacional de sol y arena.
¿No hay profesionales que sean capaces de idear un nuevo sistema complementario para sujetar al turista de todo tipo?
¿Cuando nos daremos cuenta que los precios actuales desincentivan el consumo para un turista cada vez con menos dinero y con una moneda igual de fuerte que la nuestra?