Tras las elecciones en el País Vasco, se abren unas incertidumbres que en pura lógica debería llevar a unos nuevos comicios que como es lógico, no desean ni el PP ni el PSOE. Ni sería bueno para la estabilidad política.
Asumiendo pues que una nueva consulta es malo, queda analizar qué se puede hacer con los resultados para configurar un futuro en el corto plazo que sea "bueno".
El PNV ha ganado. El PSOE ha subido. El PP baja pero menos de lo esperado. Quedan 100.000 votos nulos que hubieran representado 7 escaños, que aunque no nos gusten, son de ciudadanos con derecho al voto.
Intentar un Gobierno, mezclando en el mismo saco al PSE y al PP es un error grave. Aunque se haga presúntamente, en nombre de no sé bien qué estabilidad política.
Mezclar agua y aceite nunca ha sido bueno, pero dejar fuera del Gobierno al PNV a costa de esta mezcla tendrá un precio importante a nivel Estado.
¿Qué pensará CIU, ERC, BNG, CHA, PNV y todos los ciudadanos que los votan ante una exclusión de este tipo?
¿Estamos asistiendo en cambio, a un intento claro de hacer desaparecer del panorama político espñol, todas la opciones posible de los partidos nacionalistas?
Sólo en esta clave tendría sentido una decisión excluyente para el PNV, pero es asumir un riesgo de ruptura política, que el PSOE puede pagar con muchos años de oposición en el futuro en todos los órganos de poder estatal.
Sin el apoyo para formar gobiernos de los partidos nacionalistas y con el PP en alza, este barrerá en las próximas municipales o generales, que puede que sean más pronto que tarde.
De todas las maneras, no son tiempos para la lírica en los partidos nacionalistas.
Es la historia, ¡puñetas!