El susto, el miedo es contagioso. Lo hemos dicho muchas veces, y ya nadie lo para. Si a eso le sumamos que hay crisis real en al menos 3 millones de familias, el asunto para las compras que suponen endeudamiento a medio y largo plazo está en el cajón del congelador.
Mal vamos así para poder salir de la crisis.
Si no se recogen impuestos a través de la vivienda, cuando todos, incluido el Estado, vivíamos de los ladrillos, la déficit público nos ahogará y hará imposible salir de la crisis con rapidez.
El problema del déficit no es que no sirva para resolver el problema, sino que lentifica mucho poder volver a la situación anterior.
Si no se compran pisos, o lo que es lo mismo, si no se cambia de vivienda en varios años, la situación es tremenda.
Porque no nos damos cuenta que muchos de estos pisos son simplemente cambios de vivienda por mejora. Y los impuestos que llevan adosados este cambio ayudaban a cuadrar las cuentas públicas.
Sigue habiendo familias que por desgracia se deshacen y familias que se forman nuevas, y estas necesitan nuevas viviendas.
Pero lo que no hay es familias que cambien de vivienda por deseos de mejorar o familias que desean adquirir una segunda vivienda como inversión o como residencia estival.
Efectivamente, el negocio de los pisos se ha hundido por los abusos, pero lo malo es que esto nos lleva a todos al agujero.
Insistimos y rectificamos.
Hay que bajar el precio de los pisos un 30%.
Y si, por desgracia, cada vez que hablamos aquí de este tema, vamos bajando el precio de los inmuebles.
Contra más tardemos en darnos cuenta del tamaño de la crisis, más importante será.
Mal vamos así para poder salir de la crisis.
Si no se recogen impuestos a través de la vivienda, cuando todos, incluido el Estado, vivíamos de los ladrillos, la déficit público nos ahogará y hará imposible salir de la crisis con rapidez.
El problema del déficit no es que no sirva para resolver el problema, sino que lentifica mucho poder volver a la situación anterior.
Si no se compran pisos, o lo que es lo mismo, si no se cambia de vivienda en varios años, la situación es tremenda.
Porque no nos damos cuenta que muchos de estos pisos son simplemente cambios de vivienda por mejora. Y los impuestos que llevan adosados este cambio ayudaban a cuadrar las cuentas públicas.
Sigue habiendo familias que por desgracia se deshacen y familias que se forman nuevas, y estas necesitan nuevas viviendas.
Pero lo que no hay es familias que cambien de vivienda por deseos de mejorar o familias que desean adquirir una segunda vivienda como inversión o como residencia estival.
Efectivamente, el negocio de los pisos se ha hundido por los abusos, pero lo malo es que esto nos lleva a todos al agujero.
Insistimos y rectificamos.
Hay que bajar el precio de los pisos un 30%.
Y si, por desgracia, cada vez que hablamos aquí de este tema, vamos bajando el precio de los inmuebles.
Contra más tardemos en darnos cuenta del tamaño de la crisis, más importante será.