Un estado de flujo es un estado de máxima concentración, en donde nos abandonamos, para concentrarnos totalmente en lo que hacemos, sea deporte, arte, meditación, música o trabajo.
En este estado, conseguimos centrarnos totalmente en lo que hacemos y además olvidarnos de todo lo que nos machaca la cabeza, dejando en descanso los malos pensamientos y las penas.
La meditación surge y bebe de este estado, pero se puede conseguir lo mismo acudiendo a algo tan sencillo como practicar deporte.
Una partida de ajedrez, correr a tu ritmo en el parque mientras escuchas música, leer una buena novela pueden ser ejercicios que te sirva para abstrarte y entrar en un estado de flujo.
No todas las personas tiene la misma capacidad de entrar en flujo, ni en todo momento se está igual de predispuesto, pero hay que entrenar esta manera de limpiar la menta, esta forma de ensimismamiento, para concentrarnos profundamente en algo.
La felicidad está dentro de nosotros, a veces escondida, y debemos mirarnos muy profundamente para encontrarla. Pero no lo dudemos, si sabemos mirar y concentrarnos en lo que hacemos, podemos ser felices, olvidarnos de los problemas que a todos nos afectan. Lo malo no son tanto los problemas sino la manera de enfocarlos, de vivirlos.
En este estado, conseguimos centrarnos totalmente en lo que hacemos y además olvidarnos de todo lo que nos machaca la cabeza, dejando en descanso los malos pensamientos y las penas.
La meditación surge y bebe de este estado, pero se puede conseguir lo mismo acudiendo a algo tan sencillo como practicar deporte.
Una partida de ajedrez, correr a tu ritmo en el parque mientras escuchas música, leer una buena novela pueden ser ejercicios que te sirva para abstrarte y entrar en un estado de flujo.
No todas las personas tiene la misma capacidad de entrar en flujo, ni en todo momento se está igual de predispuesto, pero hay que entrenar esta manera de limpiar la menta, esta forma de ensimismamiento, para concentrarnos profundamente en algo.
La felicidad está dentro de nosotros, a veces escondida, y debemos mirarnos muy profundamente para encontrarla. Pero no lo dudemos, si sabemos mirar y concentrarnos en lo que hacemos, podemos ser felices, olvidarnos de los problemas que a todos nos afectan. Lo malo no son tanto los problemas sino la manera de enfocarlos, de vivirlos.