Lo grave de la deuda del Ayuntamiento del Zaragoza, de todos los zaragozanos, no es tanto la cantidad, que lo es, sino en qué se ha gastado el dinero de todos.
Los barrios siguen sin estar a la altura prometida ni básica en dotaciones para convertirlos en barrios del siglo XX en algunos casos.
Disponemos en Zaragoza de infraestructuras que no sirven para nada y que nos han costado una barbaridad, y no hay responsables que sean capaces de asumir sus errores.
Si a la deuda del Ayuntamientio sumamos los despilfarros del Gobierno de Aragón en estos últimos años, nos encontramos con una sangría difícil de explicar.
Se nos han ido los presupuestos en un montón de obras de acompañamiento de la Expo, que se ha demostrado que además de no servir para nada, van a ser un ñastre para la ciudad en el futuro.
Con la boca llena por la Expo se hicieron obras y gastos sin tener una visión global de lo que iba a necesitar Zaragoza en las próximas décadas. ¿Quien a va acuidar el gran Parque de la Expo cuando hemos sido incapaces de arreglar el Parque Grande, del que ya se sometió a consultas de trabajo en el año 2005 para su reforma integral?
¿Para qué sirve el embarcadero? ¿Para qué el funicular? ¿Y la gran escalera que no se utilizó por nadie entre la Estación Intermodal y el funicular?
¿Para qué el Spa del Parque Expo?, ¿y los edificios que no se están utilizado o los que están todavía a medio construir en la zona, y que iban para apartahoteles?
¿De qué sirven los millones perdidos por el Teatro Fleta? ¿Y los del Pabellón Puente?
Hay que ser sinceros, algunos fastos eran absurdos e infantiles, y lo que es peor, no se les está dando uso ni se sabe qué hacer con ellos, pasados los fuegos de una Expo que no supieron administrar ni rentabilizar para la ciudad.
Tendremos que decir fuerte y claro, que los gestores no supieron administrar una Expo cuyo activo es sobre todo, el de promocionar la ciudad en donde se hace.
¿Cómo fuimos capaces de dar a conocer la ciudad, fuera incluso de Aragón?
Las cifras de visitantes fueron escandalosas, si ls desglosamos por procedencia.
Pero la deuda es además, por despilfaro en asesores, en proyectos de trabajos que nunca se terminan, en obras que nunca se terminan. ¿Hablamos del Balcón de San Lázaro?
Si la deuda la vamos a tener que pagar entre todos, lo lógico sería que al menos supiéramos con claridad porqué se ha producido y en qué se ha gastado el dinero que tendremos que pagar.
¿O alguien duda que ese dinero no lo pagaremos entre los zaragozanos?
Los barrios siguen sin estar a la altura prometida ni básica en dotaciones para convertirlos en barrios del siglo XX en algunos casos.
¿Quien es el responsable político de estos desmanes?
Disponemos en Zaragoza de infraestructuras que no sirven para nada y que nos han costado una barbaridad, y no hay responsables que sean capaces de asumir sus errores.
Si a la deuda del Ayuntamientio sumamos los despilfarros del Gobierno de Aragón en estos últimos años, nos encontramos con una sangría difícil de explicar.
Se nos han ido los presupuestos en un montón de obras de acompañamiento de la Expo, que se ha demostrado que además de no servir para nada, van a ser un ñastre para la ciudad en el futuro.
Con la boca llena por la Expo se hicieron obras y gastos sin tener una visión global de lo que iba a necesitar Zaragoza en las próximas décadas. ¿Quien a va acuidar el gran Parque de la Expo cuando hemos sido incapaces de arreglar el Parque Grande, del que ya se sometió a consultas de trabajo en el año 2005 para su reforma integral?
¿Para qué sirve el embarcadero? ¿Para qué el funicular? ¿Y la gran escalera que no se utilizó por nadie entre la Estación Intermodal y el funicular?
¿Para qué el Spa del Parque Expo?, ¿y los edificios que no se están utilizado o los que están todavía a medio construir en la zona, y que iban para apartahoteles?
¿De qué sirven los millones perdidos por el Teatro Fleta? ¿Y los del Pabellón Puente?
Hay que ser sinceros, algunos fastos eran absurdos e infantiles, y lo que es peor, no se les está dando uso ni se sabe qué hacer con ellos, pasados los fuegos de una Expo que no supieron administrar ni rentabilizar para la ciudad.
Tendremos que decir fuerte y claro, que los gestores no supieron administrar una Expo cuyo activo es sobre todo, el de promocionar la ciudad en donde se hace.
¿Cómo fuimos capaces de dar a conocer la ciudad, fuera incluso de Aragón?
Las cifras de visitantes fueron escandalosas, si ls desglosamos por procedencia.
Pero la deuda es además, por despilfaro en asesores, en proyectos de trabajos que nunca se terminan, en obras que nunca se terminan. ¿Hablamos del Balcón de San Lázaro?
Si la deuda la vamos a tener que pagar entre todos, lo lógico sería que al menos supiéramos con claridad porqué se ha producido y en qué se ha gastado el dinero que tendremos que pagar.
¿O alguien duda que ese dinero no lo pagaremos entre los zaragozanos?