Todos tenemos en nuestras vidas periodos dolorosos, duros, en donde perdemos la sensación de control incluso sobre nuestras propias vidas.
Las circustancias nos inundan y nos pueden, no somos capaces de dominarlas y asumirlas.
Debemos tranquilizarnos, relativizar lo que nos sucede.
Es cierto que esto es lo más complicado de hacer. El dolor, la realidad, incluso la manera en que vemos esa realidad es personal y poco podemos hacer.
Debemos exteriorizar los sentimientos negativos. Llorar si es necesario, escapar momentáneamente de la situación si nos domina, rodearnos de las personas a las que queremos, contar nuestros sentimientos a las personas que comparten vida con nosotros.
Tragarse los sentimientos no es bueno, es veneno que nos pudrirá más pronto que tarde.
La vida es una sucesión de situaciones de todo tipo. Hay que asumir nuestra debilidad, lo pequeños que somos ante ella, que nos van a venir malos momentos, pero también que saldremos de ellos, porque nada es eterno.
La vida sigue, es posible que de diferente manera, pero no podemos hacer mucho más que acostumbrarnos a superar las patadas y a salir con fuerzas de ellas.
Ante la adversidad, respira fuerte y habla. Expulsa los malos pensamientos. Comparte.
Las circustancias nos inundan y nos pueden, no somos capaces de dominarlas y asumirlas.
Debemos tranquilizarnos, relativizar lo que nos sucede.
Es cierto que esto es lo más complicado de hacer. El dolor, la realidad, incluso la manera en que vemos esa realidad es personal y poco podemos hacer.
Debemos exteriorizar los sentimientos negativos. Llorar si es necesario, escapar momentáneamente de la situación si nos domina, rodearnos de las personas a las que queremos, contar nuestros sentimientos a las personas que comparten vida con nosotros.
Tragarse los sentimientos no es bueno, es veneno que nos pudrirá más pronto que tarde.
La vida es una sucesión de situaciones de todo tipo. Hay que asumir nuestra debilidad, lo pequeños que somos ante ella, que nos van a venir malos momentos, pero también que saldremos de ellos, porque nada es eterno.
La vida sigue, es posible que de diferente manera, pero no podemos hacer mucho más que acostumbrarnos a superar las patadas y a salir con fuerzas de ellas.
Ante la adversidad, respira fuerte y habla. Expulsa los malos pensamientos. Comparte.