
Da igual el precio o la negociación. Cuando hay exceso de oferta y muy poca demanda, quien compara puede elegir y el precio es inevitalbe que baje y mucho.
Negociar a la baja sobre un 30% es algo lógico que incluso en algunos casos puede ser superado.
Si piden 180.000, el comprador ofrecerá 130.000 y esperará la respuesta. Pero los cazadores ofrecerán 110.000 y dejarán una tarjeta en espera de quien lo vende realmente lo necesite.
Todos hemos creído en el mercado, en las leyes económicas sin control, y ahora vienen los tiempos flojos que además aumentan mes a mes, porque el miedo no se ha sabido atajar.
Malos tiempos para vender, buenos tiempos para comprar.