La cadena de televisión Cuatro emitió el viernes 14 de noviembre del año 2008 una noche especial dedicada a la economía en crisis con la emisión de un programa llamado “Ajuste de cuentas”, para a continuación ofrecer un programa de “Callejeros” titulado Ladrillos rotos sobre las viviendas e hipotecas colgadas y sin poder pagar y un especial de “Noticias Cuatro” denominado ¿Quién paga la actual crisis?
Varios años después y observando esta programación se observa que por entonces había un deseo de explicar, de enseñar, de formar entreteniendo. Loable intento, casi abandonado en el 2022.
El programa Ajuste de cuentas es una ventana semanal al análisis de los problemas económicos familiares con soluciones casi siempre duras, sencillas de ver desde fuera del problema, pero complejas cuando uno se siente asfixiado por las deudas.
Pero es en estos momentos cuando es bueno mirar los problemas desde otra óptica, que alguien desde "fuera" nos muestre los puntos de vista que envuelto en los problemas, nosotros no somos capaces de ver.
Siempre se critica la autoayuda, y es un error. La autoayuda es eso: "Ayuda que nos debemos proporcionar nosotros". Tenemos que dejar de pensar que la responsabilidad no es nuestra obligación. Y para ello debemos estar formados en los funcionamientos elementales de la sociedad.
Por ejemplo: Pagar una deuda con otra deuda, es una mala solución.
Incluso si no vemos otra solución, es mala, y casi siempre está empujada por los que soportan tu deuda, pues quieren tenerte más pillado. Ellos, que sí son profesionales de las deudas, saben que si no has podido pagar una deuda es improbable que pagues la siguiente, cancelando la anterior, alargando plazos, pues la suma de la deuda aumenta casi siempre.
A cambio te pedirán más garantías. Porque es lo que ellos quieren. Más garantías de poder cobrar la deuda de alguna manera.
No duda de que lo que tú quieres es pagar la deuda, pero no es lo mismo el deseo que la posibilidad. Es posible que los "modos" de la nueva deuda no te interesen tanto como los modos de la deuda principal. A veces un cambio de tenedor de la deuda es la peor de las elecciones posibles.
Y todo esto junto a decenas o centenares de consejos más, deberían darse en las televisiones públicas y privadas, en vez de tanto hígado, tripas y corazones.