Apple ha presentado una nueva gama completa de ordenadores portátiles. La obligación de Apple es ilusionar a sus clientes con novedosas ideas, excelentes productos, y sus “fan” aplaudir si se acierta o criticar si no gusta lo presentado.
Se nos acusa a los maqueros de ser excesivamente benevolentes con Apple, y es posible que así sea, pero la sensación de encender por primera vez un MAC es insustituible, engancha y punto.
La keynote de hoy no merece mi aprobado. Ya lo siento.
Apple y Steve no han estado a la altura de lo que yo al menos, esperaba de ellos.
Cambiar toda la gama de portátiles debería suponer un cambio notable, no solo de tarjeta gráfica o de carcasa de aluminio. Se debería haber introducido un nuevo concepto de portátil, porque el mercado está cambiando a una velocidad de vértigo.
Los mini ordenadores están entrando en los hogares y oficinas, no debemos obviarlos ni por precio ni por prestaciones. Apple debería haber presentado un producto más barato de los 800 euros para un ordenador descatalogado o de bajas prestaciones. No debería pasar de los 600 euros.
Y debería haberse olvidado de los MacBook presentados a 1.200 euros para centrarse solo en la gama MacBook Air a ese mismo precio.
No es lógico mantener una línea de MacBook Pro a 1.800 euros, por mucho que tenga un mercado sostenido pero no ampliado. Estoy de acuerdo en que Apple no aspira a tener un mercado del 25%, y que eso le permite ajustar por lo alto los precios porque sus fieles sabemos distinguir la diferencia, pero se debería atacar más el mercado de recambio lógico de sus clientes fieles para que no se fijen en portátiles de la competencia desde 450 euros.
Se nos acusa a los maqueros de ser excesivamente benevolentes con Apple, y es posible que así sea, pero la sensación de encender por primera vez un MAC es insustituible, engancha y punto.
La keynote de hoy no merece mi aprobado. Ya lo siento.
Apple y Steve no han estado a la altura de lo que yo al menos, esperaba de ellos.
Cambiar toda la gama de portátiles debería suponer un cambio notable, no solo de tarjeta gráfica o de carcasa de aluminio. Se debería haber introducido un nuevo concepto de portátil, porque el mercado está cambiando a una velocidad de vértigo.
Los mini ordenadores están entrando en los hogares y oficinas, no debemos obviarlos ni por precio ni por prestaciones. Apple debería haber presentado un producto más barato de los 800 euros para un ordenador descatalogado o de bajas prestaciones. No debería pasar de los 600 euros.
Y debería haberse olvidado de los MacBook presentados a 1.200 euros para centrarse solo en la gama MacBook Air a ese mismo precio.
No es lógico mantener una línea de MacBook Pro a 1.800 euros, por mucho que tenga un mercado sostenido pero no ampliado. Estoy de acuerdo en que Apple no aspira a tener un mercado del 25%, y que eso le permite ajustar por lo alto los precios porque sus fieles sabemos distinguir la diferencia, pero se debería atacar más el mercado de recambio lógico de sus clientes fieles para que no se fijen en portátiles de la competencia desde 450 euros.