En mi doble posición de empresario y empleado, he tenido que hacer uso del INEM en las dos posibilidades que ofrecen como servicio.
Nunca pude contratar a nadie a través de las oficinas del INEM porque mi oficio era un saco de sastre en donde no se personalizaba el currículo de los candidatos y tanto me podían mandar para diseñador gráfico a un aparejador como a una persona con conocimientos en dibujo artístico.
No funciona bien porque las personas que deben hacer el trabajo de selección de personal y de gestión de las bolsas de trabajo son meros funcionarios sin conocimientos laborales.
Cuando acudí a solicitar trabajo, la salida del local fue triste y dolorosa porque me encontré más lleno de dudas e incluso algo maltratado.
Con el INEM hay dos posibilidades, cerrarlo en sus servicios de gestión de empleo o dotarlos de una calidad de servicio totalmente diferente. Hay que gestionar mejor la formación de los candidatos, seguir la vida laboral de los demandantes con largo tiempo de espera para al menos dotarlos de esperanza y posibilidades, crear aulas de preparación y asesoría laboral con técnicos en RRHH no tanto de primer nivel como de personas implicadas y con ganas de ayudar, etc.
La figura del tutor personal para el demandante de empleo es fundamental.
Nunca pude contratar a nadie a través de las oficinas del INEM porque mi oficio era un saco de sastre en donde no se personalizaba el currículo de los candidatos y tanto me podían mandar para diseñador gráfico a un aparejador como a una persona con conocimientos en dibujo artístico.
No funciona bien porque las personas que deben hacer el trabajo de selección de personal y de gestión de las bolsas de trabajo son meros funcionarios sin conocimientos laborales.
Cuando acudí a solicitar trabajo, la salida del local fue triste y dolorosa porque me encontré más lleno de dudas e incluso algo maltratado.
Con el INEM hay dos posibilidades, cerrarlo en sus servicios de gestión de empleo o dotarlos de una calidad de servicio totalmente diferente. Hay que gestionar mejor la formación de los candidatos, seguir la vida laboral de los demandantes con largo tiempo de espera para al menos dotarlos de esperanza y posibilidades, crear aulas de preparación y asesoría laboral con técnicos en RRHH no tanto de primer nivel como de personas implicadas y con ganas de ayudar, etc.
La figura del tutor personal para el demandante de empleo es fundamental.
