Hablábamos de que los dos principales problemas para conseguir que la juventud se independice eran un acceso a la vivienda más correcta y una seguridad laboral más alta con un sueldo justo.
Veamos hoy el asunto de la vivienda.
Estamos a punto de resolver el problema de la vivienda de nuestros hijos, en España estamos a una distancia de sólo 10 años. Y sin dejar de lado la calidad de vida. Leer y revisar la solución.
Nosotros tuvimos los hijos con 25 años y cuando nosotros tengamos 70 tacos ellos se moverán sobre los 45 años, muchos para estar esperando a la defunción o a la vejez de los padres, muchos para esperar como solución al piso de los progenitores.
Pero ojo, que la cosa cambia totalmente en cuando tengamos los hijos con 35 años, que es lo que sucede ahora con los pocos que tienen hijos con decisión.
Si tenemos los hijos con 35 años, cuando ellos tengan otra vez esos 35 años de salida del nido, los padres tendrán 70 tacos, edad dura como para necesitar alguna ayuda en breves años, edad como para ponerse los hijos a pensar, que sale más rentable soportar al “abuelo y la abuela” unos años, que pagar una hipoteca durante 30 larguísimos años.
Con 35 años uno se puede casar pensando que en breves años tendrán herencia en forma de piso, y que el alquiler o el vivir con “los abuelos” repartiendo habitaciones e ingresos, dando a los padres una vejez digna y cuidada, puede ser un buen negocio.
¡¡Tendrán que cerrar los asilos!!
Efectivamente, es puro egoísmo, ¿quien dijo que las soluciones fueran a ser blancas?. Tenemos pues un nuevo problema económico a corto plazo, pues el negocio inmobiliario mueve impuestos de todo tipo, sueldos de profesionales, reformas varias y un sector como el de la construcción, que tiene adosados numerosos flecos económicos.
En breves años cuidaremos la vivienda de los padres, como si fuera de oro.
Si tu ves al hijo revisando la pintura del techo, observando cómo gotea el grifo del lavabo o un interés desmedido por asistir a las reuniones de vecinos, desconfía, simplemente es que quiere que te hagas viejo chocho.
¡Pídele que pinte él los pasillos y si entra al trapo, ya sabes que te cuidarán en la vejez casi tanto como al piso. ¡Ya puedes emborracharte de lujo!, ¡¡te van a querer hasta que mueras!!, bueno a ti no, pero al piso si; va a ser tu escudo antiasilos.
Veamos hoy el asunto de la vivienda.
Estamos a punto de resolver el problema de la vivienda de nuestros hijos, en España estamos a una distancia de sólo 10 años. Y sin dejar de lado la calidad de vida. Leer y revisar la solución.
Nosotros tuvimos los hijos con 25 años y cuando nosotros tengamos 70 tacos ellos se moverán sobre los 45 años, muchos para estar esperando a la defunción o a la vejez de los padres, muchos para esperar como solución al piso de los progenitores.
Pero ojo, que la cosa cambia totalmente en cuando tengamos los hijos con 35 años, que es lo que sucede ahora con los pocos que tienen hijos con decisión.
Si tenemos los hijos con 35 años, cuando ellos tengan otra vez esos 35 años de salida del nido, los padres tendrán 70 tacos, edad dura como para necesitar alguna ayuda en breves años, edad como para ponerse los hijos a pensar, que sale más rentable soportar al “abuelo y la abuela” unos años, que pagar una hipoteca durante 30 larguísimos años.
Con 35 años uno se puede casar pensando que en breves años tendrán herencia en forma de piso, y que el alquiler o el vivir con “los abuelos” repartiendo habitaciones e ingresos, dando a los padres una vejez digna y cuidada, puede ser un buen negocio.
¡¡Tendrán que cerrar los asilos!!
Efectivamente, es puro egoísmo, ¿quien dijo que las soluciones fueran a ser blancas?. Tenemos pues un nuevo problema económico a corto plazo, pues el negocio inmobiliario mueve impuestos de todo tipo, sueldos de profesionales, reformas varias y un sector como el de la construcción, que tiene adosados numerosos flecos económicos.
En breves años cuidaremos la vivienda de los padres, como si fuera de oro.
Si tu ves al hijo revisando la pintura del techo, observando cómo gotea el grifo del lavabo o un interés desmedido por asistir a las reuniones de vecinos, desconfía, simplemente es que quiere que te hagas viejo chocho.
¡Pídele que pinte él los pasillos y si entra al trapo, ya sabes que te cuidarán en la vejez casi tanto como al piso. ¡Ya puedes emborracharte de lujo!, ¡¡te van a querer hasta que mueras!!, bueno a ti no, pero al piso si; va a ser tu escudo antiasilos.