14.6.08

No hagas caso a las críticas cuando escribas (de momento)

Cuando escribas, cuando camines, no pidas la aprobación de los demás, porque si tú mismo no eres capaz de valorarte, los demás que no conocen tus intenciones, tus valías, tus deseos, los serán mucho menos.
Puede que los que te tienen que juzgar no hayan entendido ni la mitad de lo que tú hayas querido transmitir, puede que sean la mitad de justos que tú, puede que están menos preparados que tú para entender lo que has hecho.
Hay personas que sólo se dan cuenta de un pequeño detalle sin importancia, que picotean el conjunto porque no saben ver. ¿Son acaso estos, más importante en su juicio sobre tu obra que tú mismo? ¿te va a estropear un buen relato el comentario de que faltan algunos acentos sin importancia? (si, conozco las tontadas que circulan sobre las comas y los acentos que cambian el sentido de la frase, por eso aviso que “sin importancia”).
Pero puede ser también que los demás no quieran valorarte porque les resta valor a ellos mismos, porque tu trabajo fastidie o moleste, porque no sea de su agrado o no entre en su escala de valores en el mismo lugar en el que tú lo has puesto.
¿Debes valorar lo que otros te juzgan sin saben los porqués, con mayor importancia que lo que te valores tú mismo, si eres el único que conoce todas las motivaciones de tu creación?
Y si no te sientes capaz de ser justo contigo, aprende. Y si no te crees capaz de emitir un juicio sobre tu obra, infórmate y compara. Pero debes ser tú mismo quien decida sobre tu construcción, sobre tu creación. Así, si te equivocas en el juicio, serás el único culpable.
Que nadie te corte las alas para volar con tu libertad, con tu pensamiento, con tu creación.
No te fíes nunca de la opinión de los que no sabes lo que es enfrentarse a una página o un lienzo en blanco.