Envolvía los sentimientos de cristal duro, transparente pero inflexible, que ofrecía a los que vagaban junto a él, una visión mentirosa porque dentro se escondía una piedra áspera y ruda.
Cuando quiso cambiar la coraza por papel de regalo, se le rasgó el gesto y ya no pudo envolverse en la recogida.
Se quedó sin peto y descubrió la felicidad. Quedó a la intemperie pero libre.
Cuando quiso cambiar la coraza por papel de regalo, se le rasgó el gesto y ya no pudo envolverse en la recogida.
Se quedó sin peto y descubrió la felicidad. Quedó a la intemperie pero libre.