El domingo vimos la película "La Gran Estafa" de Richard Gere como actor principal en un papel muy medido.
Pero lo que me ha impresionado ha sido el ambiente de los años 70, perfecto, totalmente creíble, capaz de engañarme para pensar que estaba viendo una película de aquellos años.
Y sin querer viene a la mente de los que vivimos aquellos años, esas imágenes, esos colores, vestidos, decorados, peinados, sabor incluso en el tempo del relato, perfectamente relatado en una forma de contar capitulada.
Aquellos años en España marcaron el nacimiento de muchas cosas, la libertad en el mayor sentido de la palabra, la rebeldía, la emancipación mental, la apertura de las fronteras mentales primero y reales después.
No se debe añorar nada, es un ejercicio tonto, pero si que sirve recordar y volver a beber de aquellos recuerdos, de los caminos que nos abrieron para después recorrer los 80, que fueron las explosión.
La película cuenta la historia que se basa en los hechos reales que ocurrieron en 1971, cuando Clifford Irving se aupó a la cima del periodismo Americano al confeccionar una serie de entrevistas inéditas con el hombre más famoso del mundo -el inaccesible e inmensamente poderoso multimillonario Howard Hughes -que revelaban sus recuerdos más íntimos y sus secretos más controvertidos.
Recordar a Nixon, a Watergate o la guerra del Viernam es repensar una historia americana negra que empieza con el asesinato de JFK y todavía dura. La información se abría paso ante los duros políticos y las fontanerías políticas empezaban a dejarse ver por errores producidos por su sobre estimación de inmunidad. Todavía algunos políticos se creen inmunes ante la justicia y ante la historia, que no se bien qué es lo que mas les jode.
Pero lo que me ha impresionado ha sido el ambiente de los años 70, perfecto, totalmente creíble, capaz de engañarme para pensar que estaba viendo una película de aquellos años.
Y sin querer viene a la mente de los que vivimos aquellos años, esas imágenes, esos colores, vestidos, decorados, peinados, sabor incluso en el tempo del relato, perfectamente relatado en una forma de contar capitulada.
Aquellos años en España marcaron el nacimiento de muchas cosas, la libertad en el mayor sentido de la palabra, la rebeldía, la emancipación mental, la apertura de las fronteras mentales primero y reales después.
No se debe añorar nada, es un ejercicio tonto, pero si que sirve recordar y volver a beber de aquellos recuerdos, de los caminos que nos abrieron para después recorrer los 80, que fueron las explosión.
La película cuenta la historia que se basa en los hechos reales que ocurrieron en 1971, cuando Clifford Irving se aupó a la cima del periodismo Americano al confeccionar una serie de entrevistas inéditas con el hombre más famoso del mundo -el inaccesible e inmensamente poderoso multimillonario Howard Hughes -que revelaban sus recuerdos más íntimos y sus secretos más controvertidos.
Recordar a Nixon, a Watergate o la guerra del Viernam es repensar una historia americana negra que empieza con el asesinato de JFK y todavía dura. La información se abría paso ante los duros políticos y las fontanerías políticas empezaban a dejarse ver por errores producidos por su sobre estimación de inmunidad. Todavía algunos políticos se creen inmunes ante la justicia y ante la historia, que no se bien qué es lo que mas les jode.